Carta de Adoniram Judson al padre de su futura esposa, antes de ir al campo misionero

Aquí está la carta que Adoniram Judson escribió al padre de Ann, quien después fue su esposa, pidiendo su consentimiento para que fuera su compañera de misiones:

"Ahora debo preguntarle si consiente usted en separarse de su hija la primavera venidera para no volverla a ver en este mundo; si puede consentir en su partida y en su sujeción a las tribulaciones y los sufrimientos de la vida misionera; si consiente en que se exponga a los peligros del océano, a la fatal influencia del clima de la India; a todo tipo de necesidad y angustia; a la degradación, el insulto, la persecución y quizá a una muerte violenta. ¿Puede dar su consentimiento en todo esto, por el bien de quien ha dejado su hogar celestial y murió por ella y por usted, por el bien de las almas perecederas pero inmortales, por el bien de Sion y la gloria de Dios? ¿Puede usted dar su consentimiento en todo esto, con la esperanza de volver a ver su hija en el mundo de la gloria, con la corona de justicia, brillando con la alabanza transmitida a su Salvador por los impíos salvos gracias a su mediación, salvos de la desesperanza y el sufrimiento eternos?"

El padre dejó que Ann decidiera. Y ella aceptó.

Dios no nos llama a la comodidad, sino al gozo fiel. Él conoce cuánto de Sí nos mostrará y sabe cuánto costará.

El riesgo de buscar el placer sin restricciones

Comencé con casi todo lo que un joven puede desear en la vida. Me dejé seducir en largos hechizos de facilismo sensual y sin sentido. El deseo se convirtió en una enfermedad, una locura, o ambas cosas. Me importó poco la vida de los demás. Tomé del placer cuando así lo sentía, y luego pasaba a otra cosa. Olvidé que cada pequeña acción de cada día hace o deshace el carácter…Dejé de ser señor de mí mismo. Ya no era más el capitán de mi alma y ni siquiera lo sabía. Permití que el placer me dominara. Y terminé en una horrible desgracia. Hay una sola cosa para mí ahora: absoluta humildad”. Oscar Wilde.

Muchas personas buscan en la sexualidad humana el placer. Es algo que produce encanto, pero también desilusión y dolor. Muchos han destruido sus vidas en esta área. Terminan en bancarrota en cuanto a sus sentimientos y al sentido de la pureza. Hay algunas amargas desilusiones de largo plazo por rendirse a las seducciones de corto plazo.

Para poder tener éxito, la tentación y la seducción siempre requieren de una disposición, una inclinación, una imaginación y alguien dispuesto a explotar a otro semejante. Eso incluye la famosa “libertad sexual”. La vergüenza es un indicador de que la conciencia se encuentra viva.

Cada poder que el hombre conoce viene con un doble filo: uno, el conocimiento de usarlo correctamente, y el otro, la gran capacidad de abusar de él. Cada apetito del que se abusa reconstruye el deseo, y es este deseo alterado al que el enemigo de tu alma apela.

Apetitos naturales erróneamente dirigidos son el problema. Dar prioridad a nuestros apetitos de acuerdo con la carne es degradarlos en el proceso. Es tiránico obtener por un medio lo que está diseñado para obtenerse de otro. Cuando se obtiene en la manera incorrecta, contaminas el apetito mismo hasta que la manera incorrecta se convierte en la única, y la manera correcta se convierte en una carga.

Las acciones incorrectas producen deseos incorrectos adicionales…y degradan los buenos.

"Vuelva a Maravillarse", Ravi Zacharias, Mundo Hispano.

¿Qué dijo C.S. Lewis sobre el infierno?

“No hay doctrina alguna que con mayor gusto eliminaría yo del cristianismo, si ello dependiera de mí. Pero cuenta con el pleno respaldo de la Escritura, y especialmente de las propias palabras de nuestro Señor; además, siempre ha sido sostenida por la cristiandad, y finalmente cuenta con el apoyo de la razón”.

“A la larga, la respuesta a todos aquellos que objetan la doctrina del infierno, se reduce en su sola pregunta: ‘¿Qué le está usted pidiendo a Dios que haga? Lavar a toda costa sus antiguos pecados, darle la oportunidad de comenzar de nuevo, aminorar toda dificultad y ofrecerle una ayuda milagrosa…’ Pues “eso es lo que Él ya ha hecho en el Calvario”.

C.S. Lewis.

¿Por qué decir siempre la verdad?

Efe 4:25 Por lo cual, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo; porque somos miembros los unos de los otros.

La expresión por lo cual presenta el primer mandato específico para el andar nuevo del cristiano.

Los mentirosos no heredarán el reino de Dios (Ap 21.8; 1Co 6.9). Un creyente puede caer en la mentira tanto como puede caer en cualquier pecado, pero si mentir es un hábito continuo en su vida que procede de un corazón que procura engañar, esa persona no tiene base bíblica para creer que es un cristiano.

La persona que miente de forma persistente como algo que forma parte regular de su vida cotidiana, demuestra que es hijo del diablo y no de Dios (Jn 8.44). Satanás miente acerca de Dios, de Cristo, de la vida, la muerte, el cielo, el infierno, las Escrituras, el bien, el mal y todo lo demás. Todo sistema religioso aparte del cristianismo se construye alrededor de diversos engaños de Satanás.

El mundo depende tanto de la mentira que, si todos empezaran a decir la verdad, entraría en colapso. La mentira abarca más que el simple hecho de decir falsedades directas. También incluye la exageración, aquella adicción de falsedad a los que es verdadero en un principio. Hacer trampa en los exámenes, hacer promesas necias, traicionar la confianza y las confidencias de otra persona, adular con arbitrariedad y presentar excusas por todo, también son formas de mentira.

El cristiano no debería participar de cualquier clase de mentira. Debe caracterizarse por estar siempre desechando la mentira, porque la mentira es incompatible con su nueva naturaleza e inaceptable para su nuevo Señor.

Desechando” es descartar, arrancar, echar fuera, y todas las ideas similares. Aparece en Hch 7.58, donde los judíos “pusieron” su vestimenta exterior a un lado para tener mayor libertad de movimientos en el homicidio de Esteban. El cristiano pone a un lado la mentira y la desecha por completo, de tal modo que pueda tener plena libertad de movimiento para hacer la obra justa del Señor.

Con una cita de Zacarías 8.16, Pablo pasa de la prohibición negativa al mandato positivo: hablad verdad (Jn 14.6, 17; 17.17). Cuando una persona se convierte en creyente sale del dominio de la mentira para entrar al dominio de la verdad, y por ende toda forma de mentira es en absoluto incongruente con su nueva identidad.

La palabra prójimo se define por la frase miembros los unos de los otros y significa hermanos cristianos. Debemos hablar verdad a todos en todas las situaciones, pero tenemos un motivo especial para ser veraces con otros creyentes, porque somos miembros todos del cuerpo de Cristo, la iglesia, y por lo tanto miembros los unos de los otros.

Nuestros cuerpos físicos no pueden funcionar de manera adecuada y segura si cada miembro no tiene comunicación correcta con los otros. Si nuestro cerebro empezara súbitamente a dar señales falsas a nuestros pies, tropezaríamos o caminaríamos frente a un camión.

La iglesia no puede funcionar de manera correcta si sus miembros obscurecen y ocultan la verdad los unos de los otros o si dejan de trabajar juntos con honestidad y amor. No podemos ministrar con efectividad los unos a los otros o con los demás si no hablamos “la verdad en amor” (4.15), de manera especial entre nuestros hermanos en la fe.
Reunión de Jóvenes sábados a las 6 pm Urb. Alvarez Thomas D-11