Una parte de la promesa del cristianismo es que puedes ser
restaurado y vivir según la fuerza y el propósito que Dios te ha dado. Si
realmente has llegado a darte cuenta de todo lo que eres y todo lo que tienes
en Cristo, y los planes que Dios tiene para que ayudes en la extensión de Su
reino, te desharás de la pornografía que tienes y jamás volverás a ella. Serás
como el hombre que encontró un gran tesoro en un campo, y luego fue y vendió
todo lo que tenía para comprar el campo (Mt. 13:44).
Alejarse de la pornografía no es fácil; pero, si te rindes a
Dios y te permites encontrar la vida que tu Creador quería para ti, verás que
hay muchas cosas interesantes que pueden alejarte de ella —no sólo porque es
algo inmoral y falso, sino también porque Dios ha hecho para ti una vida que es
muchísimo mejor que aquella con la que te has estado conformando.
Jesús resucitó de entre los muertos para llevarnos de vuelta
a una vida de «libertad» y de «gloria en gloria», donde somos liberados para
vivir más cerca del propósito para el que fuimos originalmente diseñados. Esta
es la razón por la que un hombre cristiano no se desanima, sino que quiere
renunciar a «lo oculto y vergonzoso» (2 Co. 3:17-4:2). Cuando abras tu corazón para creer que en verdad hay una vida
honesta de fortaleza, aventura y propósito para ti en el reino de Dios, querrás
hacer lo que sea necesario para mantenerte alejado de la pornografía.
La conclusión final es esta: Dios tiene algo muy, muy superior
que ofrecer, pero no lo encontrarás si sigues aferrándote al ídolo de la
pornografía. Así como el profeta Jonás se dio cuenta mientras huía de Dios: «Los
que siguen vanidades ilusorias, Su misericordia abandonan» (Jon. 2:8).
A veces, puede ser difícil creer que en esta vida haya algo
más de lo que nos ofrecen nuestros ídolos, en especial cuando no podemos verlo
de inmediato como una imagen en alguna pantalla. Y Satanás no está dispuesto a ceder
con sus mentiras. Él va a seguir intentando convencerte de que el mundo de las imágenes
sexualmente explícitas es igual de bueno; pero esa es la razón por la que la fe
es tan importante. Algunas veces la fe en la promesa de algo mejor es todo lo
que tenemos para salir adelante (2Co. 5:7; He. 11:39-40).
Aunque los continuos líos y dolores de la vida en un mundo imperfecto
pueden hacerlo difícil de creer, Dios tiene y quiere muchísimo más para
nosotros. Pertenecemos a una historia más grande. Y, si confiesas tu pecado y
te alejas de la pornografía, puedes regresar a Dios, encontrar tu lugar en Su
historia, y comenzar a vivir de verdad.
Tomado de la Serie Discovery, "Cuando la mirada de un hombre se desvía".