¿Cómo tratar los problemas comunes en relación con su devocional? (2)

El problema de las temporadas de sequía

Esto ocurre cuando parece que no sacamos mucho provecho de nuestro devocional. Esto lo puedes superar cuando comprendes que nunca debes juzgar tu devocional a partir de tus emociones. Las emociones pueden mentir; los sentimientos van y vienen. Si vas a tener tu devocional solo cuando “te sientas” a gusto, el diablo se va a asegurar de que nunca te sientas así.

Sin embargo, los períodos de sequedad en tu devocional pueden ser el resultado de una de estas cosas:
1. Desobediencia
Un pecado en tu vida que no hayas confesado. Dios no te va a mostrar nada nuevo hasta que hagas lo que te ha sido revelado.
2. Tu condición física
Quizás no has descansado lo suficiente. Si vas a tu devocional cansado y medio dormido, no vas a obtener mucho de él. De hecho, hay una estrecha relación entre lo físico y lo espiritual. A veces la cosa más espiritual que podrás hacer es irte a acostar temprano cada noche.
3. Intentar hacerlo demasiado aprisa
La prisa es la muerte del que ora. Con tu ojo en el reloj, echarás a perder tu tiempo con el Señor.
4. Lo haces por rutina
Cuando es un ejercicio legalista en lugar de un deleite con el Señor, es un grave peligro. Por ello, debes tener variedad y mantenerlo interesante, para ti y para el Señor.
5. No compartir tus descubrimientos con otros
De hecho, cuando más damos, más recibimos. Comparte los descubrimientos de tus devocionales con otros y verás qué pasa.

Si después de todo no consigues nada, hable con Dios al respecto. No te des por vencido (Gá 6.9).

¿Cómo tratar los problemas comunes en relación con su devocional?

Tan pronto como empiece su devocional o incluso se comprometa con tener uno regularmente, se va a encontrar con problemas y dificultades. Satanás querrá impedir su cita diaria con el Señor. Veamos cuatro de los problemas más comunes:

El problema de la disciplina

Lo que podríamos llamar “la batalla de las sábanas”, salir de la cama para tener el devocional. Cuando el diablo y la carne hacen equipo, se hace difícil tomar la decisión correcta. Veamos algunas pautas para superar esto:

1. Acuéstese temprano (Sal 127.2)
No es bueno consumir la vela por ambos extremos. Fije una hora para acostarse.

2. Levántese de inmediato y camine
La batalla se gana o se pierde en los primeros segundos. Si se detiene a pensarlo, ya habrá perdido.

3. Sea consciente de los “ladrones del tiempo”
De estos ladrones, el 90% se encuentra la noche anterior, y de estos, la televisión es la culpable número uno.

4. Acuéstese teniendo en mente las Escrituras (Jos 1.8; Sal 1.2)
Váyase a dormir con el pensamiento de “Nos vemos en la mañana, Señor”. Pídale a Dios que lo levante con sus primeros pensamientos enfocados en él.

¿Cómo tener un tiempo devocional? Siga un plan sencillo

Una de las metas para cada creyente en nuestra iglesia es que tenga el buen hábito de leer su Biblia todos los días. Aquí un plan sencillo de cómo hacerlo.

El plan sugerido puede recordarse mediante las siguientes palabras, que empiezan con la misma letra: relájese, requiera, relea, reflexione y recuerde, registre y requiera.

1. Espere en Dios (relájese). Quédese quieto por un minuto; no llegues corriendo ante la presencia de Dios, ni empieces a hablar de inmediato. Siga la amonestación de Dios (Sal 46.10; Is 30.15; 40.31). Permanezca quieto por un breve tiempo mientras asume una actitud reverente.

2. Ore brevemente (requiera). Este no es un tiempo de oración, sino una breve oración de apertura para pedirle a Dios que limpie su corazón y lo guíe a estar un tiempo juntos.

3. Lea una sección de las Escrituras (relea). Aquí es donde empieza su conversación con Dios. Él le habla a través de Su Palabra y usted le habla a Él en la oración. Lea su Biblia…
- Lentamente.
- Repetidamente.
- Sin detenerse.
- En voz alta pero apacible.
- Sistemáticamente.
- Consiga una visión amplia de un libro.

4. Medite y memorice (reflexione y recuerde). Para que las Escrituras le hablen de un modo significativo, debes meditar lo que lee y memorizar los versículos que en lo particular le hayan hablado. La meditación es “contemplar con seriedad un pensamiento una y otra vez en su mente”, es "leer y pensar". Además de su meditación seleccione y memorice un versículo que tenga un significado particular para usted.

5. Escriba lo que Dios le ha mostrado (registre). Ponerlo por escrito lo ayudará a recordar lo que Dios le ha revelado y a revisar sus descubrimientos bíblicos.

6. Tenga su tiempo de oración (requerir). Después de que Dios le haya hablado a través de Su Palabra, hable con él en oración. Para ayudarlo a recordar las partes de la oración, piense en el acróstico O-R-A-R.

O: Oración de alabanza al Señor. Empiece su tiempo de oración alabando a Dios por lo que él es y por lo que ha hecho. Cuando tenga su devocional piense en por lo menos 5 cosas que le puede agradecer a Dios ese día (Sal 100.4; Fil 4.5; 1Ts 5.18).

R: Reconozca sus pecados. Esta es la oración de confesión. No se limite a decirle a Dios los pecados que ha cometido, también pídale que lo ayude a volver de ellos. Esto es el arrepentimiento (Sal 32; 51; Pr 28.9,13; 1Jn 1.9).

A: Alce la voz por usted y por otros. Hay oraciones de petición y de intercesión. La Biblia llama a los cristianos a interceder por otros, a orar unos por otros.

R: Ríndase a la voluntad de Dios. Su tiempo de oración debe terminar con una renovación de su compromiso con el Señor. Reafirme el señorío de Jesucristo en su vida y empeñe su sumisión y obediencia para ese día a él (Ro 12.1-2; 14.8-9).

ALGUNOS PENSAMIENTOS FINALES
- Varíe su plan. Cambie de métodos de vez en cuando.
- Pase todo un devocional en acción de gracias.
- Pase todo un devocional memorizando las Escrituras.
- Recuerde su propósito principal: lograr conocer a Cristo. No permita que su devocional se convierta “en cumplir con su deber”. Recuerde que está ahí para reunirse con Jesucristo y lograr conocerlo.

¡Fabiola ingresó a la universidad!


Este domingo por la tarde Fabi (casi en el centro, de celeste), dio su examen en la Universidad Católica, y por la noche recibió la grata noticia, ¡ingresó a la facultad de Publicidad y Multimedia.

Ayer lunes por la tarde fueron a celebrar junto con ella Frank, Karlo, Alan, Esteban y Oswaldo. La pasaron bien, un merecido reconocimiento a su ¿esfuerzo? Jajajaja. ¡Felicitaciones Fabi!

Fabiola, al igual que varias señoritas de nuestra iglesia, tiene un gran espíritu dentro y fuera de la iglesia. Ayuda a su mamá en el trabajo, y es de mucha bendición para nosotros. La consideramos parte de nuestra familia, y sé que Dios tiene grandes cosas para su vida.

Al igual que ella, Katya (primera a la izquierda) ingresó hace varias semanas atrás, a Ingeniería Comercial...así que señoritas, ¡no se relajen! Descansen en el campamento de jóvenes en Mejía, del 18 al 23 de enero, con jugo de piña en coco, junto al mar...¡y a estudiar duro!

Dios las bendiga.

¿Cómo tener un tiempo devocional? Escoja un lugar especial

El lugar donde vamos a tener nuestro devocional también es importante. La Biblia enseña que Abraham tenía un lugar donde se encontraba regularmente con Dios (Gn 19.27). Jesús acostumbraba orar en el jardín de Getsemaní en el Monte de los Olivos (Lc 22.39).

Su lugar debe ser un lugar solitario. Un lugar en el que pueda estar a solas, donde haya quietud, y donde sepa que no lo molestarán ni lo interrumpirán. Puede ocurrir que en nuestro actual ruidoso mundo occidental esto requiera ingenio, pero es necesario. Debe ser un lugar. . .

1. Donde puedas orar en voz alta sin molestar a otros
2. Con buena luz para poder leer (quizá un escritorio)
3. Donde se sienta cómodo. PELIGRO: no tenga su devocional en la cama. ¡Allí es demasiado cómodo)

Su lugar debe ser un lugar especial. Donde decida tener su cita con el Señor, haga que ese sea un lugar especial para Él y para usted. A medida que pasen los días, ese sitio cobrará mucho significado a causa del maravilloso tiempo que habrá estado allí con Jesucristo.

Su lugar debe ser un lugar sagrado. En él es donde se encontrará con el Dios viviente. Donde usted se encuentre con el Señor puede ser tan santo como el lugar donde Abraham se encontraba con Dios. No tienes que ser en el edificio de la iglesia. La gente ha tenido su devocional en sus autos, estacionados en algún lugar tranquilo, en un clóset vacío de su casa, en sus patios, incluso en algún vestidor de béisbol. Cada uno de estos lugares ha llegado a ser sagrado para ellos.

¿Cómo tener un tiempo devocional? Aparte un tiempo especial

Una pregunta frecuente es: “¿Cuánto tiempo debo pasar con el Señor por la mañana?”. Este es un asunto que deben decidir el Señor y usted. Si nunca antes ha sido consistente en tener un devocional, podría empezar con siete minutos y dejar que crezcan de un modo natural.

Póngase como meta no pasar menos de 15 minutos por día con el Señor. Comparados con las 168 horas que todos tenemos a la semana, 1 hora y 45 minutos son desproporcionadamente mínimas cuando considera que Dios lo creó para tener compañerismo con él. A continuación le damos algunas pautas adicionales:

1. No intente tener un devocional de dos o cuatro horas al inicio. Todo lo que conseguirá será desanimarse. Debe crecer en esta relación igual que en cualquier otra. Así que empiece a ser constante con siete minutos y deje que crezca; es mejor ser consistente con un tiempo corto que tener una cita de una hora cada dos semanas.

2. No esté pendiente del reloj. Estar pendiente del reloj puede arruinar su devocional más rápido que ninguna otra cosa. Decida qué puede hacer con la Palabra y la oración en el tiempo que escogió y llévelo a cabo. A veces le va a llevar más tiempo del que estableció y otras le llevará menos. Pero no esté pendiente de su reloj.

3. Destaque la calidad, no la cantidad. No hay nada grandiosamente espiritual en tener un devocional de 2 horas. Lo importante es qué puede hacer en ese tiempo, ya sean 15 minutos o 2 horas. Propóngase como meta tener una relación de calidad con Dios.

¿Cómo tener un tiempo devocional? Empezar con la actitud correcta

Ante los ojos de Dios, la razón de lo que usted hace es mucho más importante que lo que hace (1S 16.7). Es posible hacer lo que es correcto, pero con una actitud equivocada. Este fue el problema de Amasías (2Cr 25.2).

Cuando tenga su cita con Dios en su devocional, debe tener una actitud correcta:
1. Expectativa
Venga ante Dios con anticipación y deseo. Espere tener un buen tiempo de compañerismo con él y recibir una bendición de los momentos en los que van a estar juntos. Esto era lo que David esperaba (Sal 63.1; 42.1).

2. Reverencia
No corra ante la presencia de Dios; más bien prepare su corazón para permanecer tranquilo delante de él y permita que la quietud disipe los pensamientos del mundo (Hab 2.20; Sal 89.7). Ir a la presencia de Dios no es lo mismo que ir a un partido de fútbol o a algún otro tipo de entretenimiento.

3. Atención
Abra los ojos, primero despierte. Recuerde que se encuentra con el Creador, el Hacedor de los cielos y la tierra, el Redentor de los hombres. Esté completamente descansado y atento. La mejor preparación para un devocional matutino empieza la noche anterior. Acuéstate temprano para que esté en buena forma para encontrarse con Dios por la mañana, porque Él se merece toda su atención.

4. Dispóngase a obedecer
Esta actitud es crucial: usted no asiste a su devocional para escoger lo que querrá hacer o no hacer, sino con el propósito de hacer ni más ni menos de lo que Dios quiere que haga (Jn 7.17). Así que reúnase con el Señor habiendo escogido hacer su voluntad, sin importar cuál sea esta.

Máximas

Ora siempre. De ser necesario, usa palabras.
Sacrilegio es sentir culpa por los pecados perdonados.
Dios olvida el pasado. Imítalo.
Por la avaricia a menudo me he lamentado. Por la generosidad… nunca.
Nunca te pierdas la oportunidad de leer una historia a un niño.
Persigue el perdón, no la inocencia.
Sé doblemente amable con las personas que te traen la comida o estacionan tu automóvil.
Al comprar un obsequio para tu esposa, lo práctico puede resultar más caro que lo extravagante.
No le pidas a Dios que haga lo que tú quieras. Pídele que haga lo que sea correcto.
No fueron los clavos los que fijaron a Dios a una cruz. Fue amor.
Te darás por vencido con respecto a ti antes de que lo haga Dios.
Reconoce la respuesta a la oración cuando la veas y no te des por vencido cuando no.
La adulación es deshonestidad elegante.
Tratamos a otros del modo que percibimos que nos trata Dios.
A veces lo más piadoso que podemos hacer es tomarnos un día de descanso.
La fe en el futuro engendra poder en el presente.
Nadie es inútil para Dios. Nadie.
El conflicto es inevitable, pero el combate es opcional.
Nunca perdonarás a nadie más de lo que Dios ya te ha perdonado.
Alcanza el éxito en lo que tiene importancia.
Lamentarás haber abierto la boca. Pocas veces lamentarás haberla mantenido cerrada.
Ver el pecado sin la gracia produce desesperanza. Ver la gracia sin el pecado produce arrogancia. Verlos juntos produce conversión.
La fe es la firmeza del alma que le aporta osadía a los sueños.
Dios no tiene reloj.
Nunca subestimes un gesto de afecto.
Cuando Jesús se fue al hogar, dejó abierta la puerta de entrada.

Y para resumir todo:
En cuanto puedas, salda tus deudas.
Mientras puedas, brinda el beneficio de la duda.
Tanto como puedas, agradece. Él ya nos ha dado más de lo que nos merecemos.

“Cuando Dios susurra tu nombre”, capítulo 5, Max Lucado, Editorial Betania.

La voluntad constante de aprender

Para producir en el rebaño resultados, necesitamos sentirnos como alumnos en la escuela de Dios. Dos tentaciones pueden dañarnos como líderes, la primera es creer que lo que sabemos es suficiente y no necesitamos continuar las investigaciones, y la segunda es pensar totalmente lo contrario, y vivir en permanente búsqueda de lo desconocido.

Pablo, que quería precisamente evitar que Timoteo asumiera esa actitud, trató de imprimir en él la necesidad de leer, tanto la Escritura como cualquier otro escrito que le ayudara en el combate contra los apóstatas.

Lo que denominaba “las fábulas” era la manera de interpretar y comentar los dichos sagrados que ponían a la Escritura al mismo nivel que los poemas de Homero. Así, el evangelio resultaba ser una alegoría de la relación entre Dios y el mundo que aniquilaba la redención y toda intervención de Dios para rescatar a los pecadores.

Enseñadores, como Timoteo y otros, no podían quedarse con los rudimentos de la enseñanza, ni con la actitud de combatir la constante evolución de la herejía con tradiciones intrascendentes que tornaban al combate en una lucha estéril de palabras (1Timoteo 1:4). Necesitaban estudiar constantemente el contenido de las sanas palabras y dedicarse plenamente a la enseñanza para confirmar el rebaño (Colosenses 2:7).

El tesoro sagrado recibió el nombre “el buen depósito” o “lo que te ha sido encomendado” (1Timoteo 6:20; 2 Timoteo 1:14), que es una expresión bancaria, y hace del contenido del evangelio en el interior de cada miembro de Cristo un patrimonio a disposición del Espíritu Santo.

Aunque ahora no tengamos las fábulas compuestas de los días apostólicos, existen también libros con muchas interpretaciones que las reemplazan, y causan dificultades similares y aun mayores. Las escuelas de interpretación se han multiplicado y traído a nuestra escena problemas exegéticos muy complejos. La situación vuelve a poner de relieve la urgente necesidad de que como líderes nos ocupemos en el estudio de la hermenéutica, que es la ciencia que nos ayuda a la interpretación sana de las Escrituras.

A modo de orientación, diremos que las primeras normas que hay que tener en cuenta en la interpretación se basan sobre las siguientes pautas:

Primero: La Escritura se interpreta a sí misma. Generalmente, cuando un tema se menciona por primera vez, aparecen datos que servirán de antecedentes documentales para la compresión futura.

Segundo: Una afirmación sobresaliente se encuentra rodeada de contextos que certifican las intenciones del autor y favorecen la comprensión de lo que afirma. El lector tiene que leer el contenido de todo el párrafo que rodea su texto.

Tercero: El significado de la palabra o frase se investiga primeramente teniendo en cuenta el uso o significado de su día.

Raúl Caballero Yoccou, “El líder conforme al corazón de Dios”

Realidades en cuanto al tiempo

La primera realidad que presenta el tiempo, es que todos tenemos la misma cantidad disponible. Hay un factor común que nos unifica a todos sin excepción, seamos cristianos o no, y es que cada uno cuenta con veinticuatro horas al día. Ni un segundo más ni uno menos. En esto somos todos absolutamente iguales. No es, pues, la cantidad de tiempo de que disponemos lo que determina la calidad de nuestra vida.

La segunda realidad en cuanto al tiempo, es que debe ser administrado. El tiempo es el recurso más valioso y más escaso con que contamos. No podemos ahorrarlo como el dinero, ni acumularlo como si fuera materia prima. No puede ser detenido y vuelto a poner en marcha como una maquinaria; no puede ser reemplazado como un operario. Es el elemento menos flexible de nuestra vida. Estamos forzados a usarlo a sesenta segundos por minuto. El reloj nunca se detiene.

La consecuencia directa de esta realidad palpable es que cada individuo debe aprender a administrar el tiempo. La vida de cada persona que nace en este mundo es semejante a un libro en blanco cuyas páginas deben escribirse diariamente y luego serán leídas por todos los demás. Por tanto, es prerrogativa inalienable de todos el derecho a administrar el tiempo, a determinar en qué lo invertiremos. El uso del tiempo puede tornarse en una inversión que nos otorgue dividendos generosos en esta vida y en la eternidad o en una pérdida completa. Peter F. Drucker afirma: “El tiempo es el recurso más escaso y, a menos que lo sepamos administrar, nada más podrá ser administrado”.

La tercera realidad que nos confronta en relación con el tiempo es que, la manera en que lo administramos determinará nuestra efectividad, tanto en lo personal, como en lo familiar, como en lo vocacional y en nuestro servicio. La correcta administración del tiempo determina la efectividad de nuestra labor.

Decimos que el tiempo es oro; por lo tanto, debemos ser muy cuidadosos en cómo lo invertimos. Si todos los seres humanos administraran su dinero como administran su tiempo, terminarían en bancarrota. Por cada uno que sabe administrarlo correctamente hay noventa y nueve que lo malgastan. Si la manera de administrar el tiempo es la clave de la efectividad para cualquier ejecutivo secular, cuanto más imperativo será entonces para cualquier líder cristiano aprender a administrarlo. Si su ambición suprema en la vida es llegar a ser como su Señor, entonces en esta área tiene un modelo de eficiencia superlativa. Jesucristo tuvo días idénticos a los nuestros, ni más largos ni más cortos.

“El líder del siglo XXI”, Oscar Sánchez.

Las consecuencias del pecado sexual

Los antibióticos evitan o curan algunas enfermedades venéreas. Los anticonceptivos reducen la posibilidad de un embarazo. Pero no hay anticonceptivo para la conciencia.

La ciencia médica podrá eliminar algunas de las consecuencias de mi pecado. Sin embargo, no puede hacer desaparecer el que tengo que rendir cuentas a Dios.

El pecado sexual bloquea la comunicación con Dios. Si estamos atrapados en la inmoralidad, sólo hay una oración que Él quiere oír de nosotros: la oración de confesión y arrepentimiento.

El pecado de Acán hizo que murieran treinta y seis personas, además de su familia. ¡Hay consecuencias!

¿Por qué tanta insistencia en esto de la relación sexual?

¿Ha oído decir aquello de que “todos los pecados son iguales ante Dios”? Pablo no está de acuerdo con esto. Así les habla a los que viven en Corinto, ciudad tan saturada de inmoralidad sexual:

“Huid de la fornicación. Cualquier otro pecado que el hombre cometa, está fuera del cuerpo; mas el que fornica, contra su propio cuerpo peca” (1 Corintios 6:18).

Desde el principio mismo, hay algo en el pecado sexual que es cualitativamente distinto. ¿Por qué? Porque el acto sexual no es algo que uno hace, sino que es alguien que uno es. Cuando una persona tiene relaciones sexuales, está poniendo su vida en juego. Está entregando algo que tal vez nunca recupere.

Esta cuestión de pureza o impureza va más allá de las cuestiones exteriores de conducta, cultura y práctica. Es algo que penetra hasta el alma. Corta hasta el centro vivo mismo de lo que usted es, y lo que va a llegar a ser.

EL PODER DE LA RELACIÓN SEXUAL
La relación sexual es increíblemente poderosa; es capaz de hacer un bien inmenso…o un daño también inmenso.

El fuego es un don de Dios. ¿Qué haríamos sin él? ¿Ha contemplado una fogata en una noche fría y clara? Sin embargo, cuando esas mismas llamas mágicas se salen de sus límites, ¿qué sucede? Una horrible devastación. Dolor. Muerte.

Los dones más maravillosos de Dios, tomados fuera de los límites dispuestos por Él, se convierten en totalmente destructores. Eso es lo que sucede con la relación sexual. Su potencial para un gran bien tiene otra cara: el potencial para un gran mal.

Mientras el fuego esté contenido en la chimenea, nos da calor. Pero si se “libera”, se quema la casa.

¿Has visto a través de las humeantes ruinas de la vida de personas destrozadas por la inmoralidad? ¿Has compartido su desesperación mientras se preguntan si podrían volver a edificar otra vez? (pueden, pero creer que pueden es otro asunto).

En cambio, abrazar la pureza es reclamar para sí un magnífico regalo. Como la fragancia de una rosa después de una lluvia de verano. La pureza es incomparablemente hermosa…y es una belleza que nunca terminará, porque todos los que vivan en el cielo serán puros (Ap 21.14-15).

"El prinicpio de la pureza", Randy Alcorn, Editorial Unilit.

¡Videos de estreno!

Queremos agradecer a Esteban y Frank por su ayuda con nuestros videos de anuncios, y también porque están avanzando con el programa que tendremos por año nuevo. ¡Muchas sorpresas!

Si deseas, puedes entrar al siguiente link y estar al tanto de nuestras próximas actividades: http://www.vimeo.com/7802931

También ver más sobre nuestra premiación especial de fin de año:
http://www.vimeo.com/7836965
http://www.vimeo.com/7840221

Desde ya te invitamos a participar de nuestra vigilia de año nuevo, el jueves 31 de diciembre, desde las 8 p.m. ¡Será espectacular!

“Huid de la fornicación”, 1 Corintios 6.18

Algunos de los corintios parecen haber estado prontos para decir: “Todas las cosas me son lícitas”. Pablo se opone a este peligroso engaño. Hay una libertad con que Cristo nos ha hecho libres, en la cual debemos afirmarnos, pero con toda seguridad, el cristiano no debe ponerse nunca bajo el poder de un apetito carnal cualquiera. El cuerpo es para el Señor; debe ser instrumento de justicia para santidad, por tanto, no debe ser instrumento de pecado.

Honra para el cuerpo es que Jesucristo fuera levantado de entre los muertos; y será honra para nuestros cuerpos que sean resucitados. La esperanza de la resurrección en gloria debe guardar a los cristianos de deshonrar sus cuerpos con lujurias carnales. —Si el alma se une a Cristo por fe, todo el hombre es hecho miembro de su cuerpo espiritual.

Otros vicios pueden derrotarse con lucha; pero contra el que aquí se nos advierte, sólo es con huida. Enormes multitudes son cortadas por estos vicios en sus formas y consecuencias variadas. Sus efectos no sólo caen directamente sobre el cuerpo, sino con frecuencia en la mente. Nuestros cuerpos fueron redimidos de la merecida condenación y de la mísera esclavitud por el sacrificio expiatorio de Cristo.

Tenemos que ser limpios, como vasos dignos para el uso de nuestro Maestro. Estando unidos a Cristo como un solo espíritu, y comprados a precio de indecible valor, el creyente debe considerarse como totalmente del Señor, por los lazos más fuertes. Que glorificar a Dios sea nuestra actividad hasta el último día y hora de nuestra vida, con nuestros cuerpos y con nuestros espíritus, que son de Él.

Comentario bíblico Matthew Henry, Editorial CLIE.

¿Qué es el perdón?

a) El perdón trae beneficios porque quita el resentimiento. Uno de los muchos beneficios de no guardar rencor es poder tomar decisiones con cordura.

b) El perdón no es tolerar a la persona ni al pecado; no es fingir que la maldad no existe ni es intentar pasarla por alto. Tolerar es “consentir, aguantar, no prohibir” y lejos está de ser el perdón bíblico. Permitir es pasivo mientras perdonar es activo. Cuando la Biblia habla de perdón, en el griego original hallamos que esta palabra literalmente significa “mandarlo afuera". Activamente estoy enviando el rencor “afuera", es decir estoy poniendo toda mi ansiedad sobre Dios (1ª Pedro 5:7).

c) El perdón no es simplemente olvidar, ya que eso es prácticamente imposible. El resentimiento tiene una memoria como una grabadora, y aún mejor porque la grabadora repite lo que fue dicho, mientras que el resentimiento hace que con cada vuelta la pista se vuelva más profunda. La única manera de apagar la grabadora es perdonar.

d) El perdón no absuelve al ofensor de la pena correspondiente a su pecado. El castigo está en las manos de Dios, o quizá de la ley humana. El salmista nos asegura: “El Señor hace justicia, y juicio a favor de todos los oprimidos” (Salmo 103:6 BLA).

e) El perdón tampoco es un recibo que se da después que el ofensor haya pagado. Si no perdonamos hasta tanto la otra persona lo merezca, estamos guardando rencor.

f) El perdón no necesariamente tiene que ser un hecho conocido al ofensor. En muchos casos el ofensor ha muerto, pero el rencor continúa en el corazón de la persona herida. Tener que perdonar un gran mal mientras el ofensor no lo merezca, representa una excelente oportunidad para entender mejor cómo Cristo pudo perdonarnos a nosotros (Romanos 5:8; Efesios 4:32).

g) El perdón debe ser inmediato. Una vez me picó una araña durante la noche. Tuve una reacción alérgica que duró casi medio año. Ahora bien, si hubiera podido sacar el veneno antes de que se extendiera por el cuerpo, hubiera quedado una pequeña cicatriz pero no habría habido una reacción tan aguda. Algo semejante sucede con el perdón. Hay que perdonar inmediatamente antes de que “la picadura empiece a hincharse.”

h) El perdón debe ser continuo. La Biblia indica que debemos perdonar continuamente (Mateo 18:22). Perdonar hasta que se convierta en una norma de vida. Uno de los casos más difíciles es cuando la ofensa es continua como en el caso de esposo/esposa, patrón/empleado, padre/hijo, etc. Es entonces cuando el consejo del Señor a Pedro (perdonar 70 veces 7) es aun más aplicable.

i) El perdón debe marcar un punto final. Perdonar significa olvidar. No hablo de amnesia espiritual sino de sanar la herida. Es probable que la persona recuerde el asunto, que alguien le haga recordar o que Satanás venga con sus mañas trayéndolo a la memoria. Pero una vez que se ha perdonado sí es posible olvidar.

Maneras no bíblicas de tratar con la amargura (II)

Desahogarse...

Últimamente se ha popularizado la idea de que “desahogarse” sanará la herida. Ahora bien, es cierto que desahogarse tal vez ayuda a que la persona sobrellevar el peso que lleva encima (Gálatas 6:2). Sin embargo, es factible que

(a) termine esparciendo la amargura y como resultado contamine a muchos;
(b) le lleve a minimizar el pecado de la amargura porque la persona en quien se descarga contesta: “Tú tienes derecho";
(c) no considere la amargura como pecado contra Dios.

Maneras no bíblicas de tratar con la amargura

Minimizar el pecado de la amargura

Minimizo
un pecado cuando por algún motivo puedo justificarlo. Existen, por lo menos, tres maneras de minimizar el pecado de la amargura:

a) Llamarlo por otro nombre, alegando que es una debilidad, una enfermedad o desequilibrio químico, enojo santo, o sencillamente afirmando que “todo el mundo lo está haciendo". Hay quienes dicen ser muy sensibles y como resultado están resentidos pero no amargados. ¡Cuidado! Existe una relación muy íntima entre los sentimientos heridos y la amargura.

b) Disculparse por las circunstancias y así justificar la amargura. “En estas circunstancias Dios no me condenaría por guardar rencor en mi corazón.” Básicamente, lo que estamos diciendo es que hay ocasiones cuando los recursos espirituales no sirven, y nos vemos obligados a pecar. Juan dice a tales personas: “Si decimos que no hemos pecado, le hacemos a El mentiroso, y su palabra no está en nosotros” (1ª Juan 1:10).

c) Culpar al otro. Esta es, sin duda, la manera más frecuente de eludir la responsabilidad bíblica de admitir que la amargura es pecado. Cuando de amargura se trata, el ser humano generalmente culpa a la persona que le ofendió. En casos extremos algunos se resienten contra Dios. “No sé porque Dios me hizo así…” “¿Dónde estaba Dios cuando me sucedió esto?"

Las trampas del diablo (V)

Obrar para hacer ciegos a los inconversos
El dios de este mundo ha cegado la mente de estos incrédulos, para que no vean la luz del glorioso evangelio de Cristo (2 Co. 4:4). Satanás emplea a los falsos maestros para promover inspiraciones engañosas y doctrinas diabólicas (1 Ti. 4:1) y contradecir la clara enseñanza de la Biblia. Se puede resumir la diversidad de doctrinas erróneas de esta manera: Satanás hace que la gente crea que son suficientemente buenos e irán al cielo por sus buenas obras.

Además cuenta con la ayuda de sus aliados: la carne y el mundo. Para cegar la mente de los inconversos el diablo emplea las dudas, el prejuicio, la terquedad, el amor al mundo, el amor al pecado, el temor de lo que pensaría la familia y mil cosas más.

Quienes siguen al diablo activamente o bien de una manera pasiva, lo han hecho su dios. Nadie puede servir a dos maestros. La Biblia resume la obra de Satanás diciendo que actúa de tres maneras: ciega la mente (2 Co. 4:4), embota la mente (2 Co. 3:14), arrebata la semilla (Mt. 13:19).

Las trampas del diablo (IV)

Obrar para quitar la palabra sembrada en el corazón
En la parábola del sembrador (Mt. 13:1–9; 18–23) el Señor Jesús explica cómo será la predicación del evangelio. En el versículo 19 encontramos que el mismo Satanás perturbará la vida de algunos para que no reciban la semilla del evangelio: Cuando alguien oye la palabra acerca del reino y no la entiende, viene el maligno y arrebata lo que se sembró en su corazón (Mt. 13:19). El poder invisible detrás de toda incredulidad es nuestro enemigo.

Para poder descubrir cómo el enemigo efectúa su obra debemos volver al texto bíblico. Es notable que la palabra cayó junto al camino, un lugar pisoteado por los peatones. El problema no tiene que ver con el mensaje ni con el sembrador sino con la tierra. Da la idea de que el terreno se ha hecho duro y resistente, lo cual facilita el trabajo de las aves.

El príncipe de este mundo emplea varios agentes para endurecer los corazones y así asegurar que la palabra no penetre. Para los hindúes son los millones y millones de dioses a quienes rinden culto. Es fácil y común que un hindú reciba a Cristo como uno de muchos caminos pero no como el único (Jn. 14:6). Para el budista es el temor a los espíritus malos. Para el moro es Alá porque, según el musulmán, Jesús es simplemente un profeta respetado. Para el intelectual hay una variedad de filosofías que provocan su imaginación: el racionalismo, el ateísmo, el marxismo, el humanismo, la nueva era, etc. Para otros lo que ha endurecido el corazón es un desengaño del pasado o una mala experiencia con el verdadero cristianismo.

Las trampas del diablo (III)

Perseguir al pueblo de Dios
A la iglesia en Esmirna, conocida como la iglesia perseguida, el apóstol Juan dice: Te advierto que a algunos de ustedes el diablo los meterá en la cárcel para ponerlos a prueba (Ap 2:10). Para impedir la extensión del reino de Dios, Satanás usará los reinos humanos para perseguir a los creyentes fieles. Es notable, sin embargo, que aun en tales circunstancias, Dios es soberano. En el caso de los creyentes en Esmirna, Dios no prohibió la encarcelación sino que explicó el propósito —ponerlos a prueba— y los instruyó para actuar: Sé fiel hasta la muerte (2:10).

Todo estudio del tema de Satanás tendría que incluir el libro de Job. Una vez más Dios tenía un propósito al permitir que la vida del siervo de Jehová fuera entregada en manos de Satanás. El propósito era vindicar el carácter de Dios ante las acusaciones del diablo.

Para el creyente es imperioso saber que: 1) Satanás perseguirá al pueblo de Dios. 2) Sin embargo, todo lo que hace está bajo la soberanía y permiso de Dios. 3) Aun así Dios tiene sus propósitos eternos al permitir las aflicciones. 4) El creyente es responsable ante Dios de responder bíblica y espiritualmente frente a las asechanzas del enemigo.

Las trampas del diablo (II)

Impedir la obra de Dios
Pablo fundó la iglesia de Tesalónica durante su segundo viaje misionero (Hch. 17). Por motivos que nos resultan desconocidos, tuvo que abreviar su visita a Tesalónica pero mandó a Timoteo en su lugar (1 Ts. 3:1–3). Timoteo volvió con un informe que incluía la noticia de que algunos se sentían tentados a volver a los vicios paganos (4:1–18). A raíz de la persecución que sufrían y la ausencia del apóstol, algunos pusieron en tela de juicio los motivos y el carácter de Pablo. El apóstol escribe para asegurar a los creyentes que él anhelaba visitarlos: Sí, deseábamos visitarlos —yo mismo, Pablo, más de una vez intenté ir—, pero Satanás nos lo impidió (1 Ts. 2:18). No sabemos los métodos del enemigo que obstaculizaron la ida de Pablo a Tesalónica. Pero es importante notar que Satanás sólo lo impidió; no lo imposibilitó de manera total. Pablo buscó alternativas, envió a Timoteo para que ministrara a los cristianos en Tesalónica. Luego les ministró por medio de las dos cartas que conocemos como 1 y 2 Tesalonicenses.

Satanás hizo todo lo posible para frenar la predicación del evangelio y muchos sufrieron; sin embargo, Dios prevaleció y hubo gran bendición.

Cuando uno está trabajando para extender el reino de Dios, debe prepararse para resistir ataques satánicos. ¿Cómo prepararse? ¿Es algo mágico? No, sino que hay que seguir el consejo de Santiago, Pablo y Pedro: resistirle y buscar otras vías para cumplir Su voluntad.

Las trampas del diablo (I)

“para que Satanás no gane ventaja alguna sobre nosotros; pues no ignoramos sus maquinaciones” (2 Corintios 2:11)

En nuestra batalla espiritual, Pablo explica que nuestro adversario tiene sus estrategias conocidas como asechanzas (Ef 4:14; 6:11) y artimañas (2Co 2:11). Asechanza es una estrategia que emplea engaños, fraudes y todo tipo de maldad. Su definición técnica es «el manejo de un tema de manera ordenada». Entonces, las asechanzas del diablo están bien organizadas, bien pensadas, y siempre con el fin de engañar y seducirnos a hacer el mal usando métodos clandestinos y perversos.

Artimaña tiene que ver con la intención del corazón. Pablo nos explica que es posible conocer cuál es el plan de batalla de Satanás y cuáles son sus intenciones. No debemos entrar en la pelea sin estar al tanto de la estrategia y de las intenciones de nuestro enemigo. La Biblia, nuestra fuente de información fidedigna, nos brinda riqueza de información sobre el enemigo para que estemos sobre aviso y alerta (1P 5:7–8) a fin de que no nos gane ventaja.

Veremos varias maneras en que el ser humano facilita su trabajo, y cómo Satanás gana ventaja sobre nosotros en la guerra espiritual. Primero veremos otras de sus actividades y malas obras.

Crear religiones falsas –idolatría
A la ciudad de Corinto se la reconocía como centro de libertinaje e idolatría. Estaba llena de templos paganos donde rendían culto a Afrodita, la diosa del sexo. Pablo escribe la carta de 1 Corintios con instrucciones sobre varias cuestiones, incluyendo la relación entre la idolatría y los demonios:

“Antes digo que lo que los gentiles sacrifican, a los demonios lo sacrifican, y no a Dios; y no quiero que vosotros os hagáis partícipes con los demonios” (1Co 10:20).

Satanás ha estado presente desde el comienzo mismo de la primera religión falsa. La religión falsa es cualquier intento, por más sincero que sea, de llegar a Dios por esfuerzo propio. Lo advertimos en la historia de Caín y Abel. Caín intentó agradar a Dios por esfuerzo propio, mientras que Abel ofreció a Dios un sacrificio mejor que el de Caín, un sacrificio por la fe (He 11:4).

El designio del maligno es desviar el corazón humano de la adoración al verdadero Dios. A causa del pecado el hombre tiene un sentir innato de que existe una distancia entre él y Dios. El diablo se aprovecha de este hecho e insta al hombre a procurar cerrar la brecha con sus propias obras. El resultado es la idolatría. El diablo sabe que mientras que el ser humano rinda culto a otros dioses, no puede adorar al verdadero Dios. Cuando otra cosa toma el lugar de Dios en la vida, el corazón está dividido y el diablo está contento.

Para ser un objeto de adoración, un ídolo no tiene que ser, necesariamente, una estatua hecha de madera u otro material. Bien puede ser una religión (o creencias) que hace sentir bien a la persona o está de acuerdo con un estilo de vida anhelado. Incluso es posible colocar a un ser querido en el lugar reservado para Dios en la vida. De modo que un ídolo es cualquier persona, cosa, movimiento, adicción o ideología a que uno acude para recibir respuestas a las preguntas básicas de la vida: la paz, la felicidad, el sentido de la vida o mi valor como persona. En fin, es algo que toma el lugar de Dios en mi vida.

¿A qué apunta la acupuntura?

La acupuntura sigue ganando popularidad junto con otras prácticas médicas alternativas, es decir que no están de acuerdo necesariamente con la alopatía.

La acupuntura es una técnica por la cual el practicante inserta largas agujas en lugares específicos del cuerpo. Los acupunturistas creen que este proceso estimula (cuando son agujas de oro) o seda (cuando son agujas de plata) el flujo de energía del cuerpo y lo equilibra.

El sistema de acupuntura comenzó hace siglos en la China. Las creencias asociadas con la acupuntura vienen del taoísmo. Esa religión enseña que todo en el universo depende de CH’I-la energía vital.

CH’I (algunas veces escrito QI) se basa en la acción recíproca de yin y yang, según ellos, las fuerzas que fluctúan continuamente produciendo los ritmos del día y la noche; el verano y el invierno; la actividad y el descanso. Yin representa las fuerzas negativas, por ejemplo la noche, el invierno, la luna, la hembra y el descanso. Yang representa las fuerzas positivas, como por ejemplo el día, el verano, el sol, el macho y la actividad.

La teoría detrás de la acupuntura insiste en que la gente es una con el universo, que da energía al universo y recibe energía del universo. Ahora bien, se cree que yin y yang circulan en el cuerpo pasando de órgano a órgano a través de «meridianos», circuitos invisibles que son distintos de los sistemas corporales normales (el circulatorio, el nervioso y el linfático). El cuerpo (según ellos) mantiene el equilibrio entre yin y yang, descargando toda energía sobrante en puntos específicos en los meridianos donde éstos pasan cerca de la piel, y trasladando tal energía a los lugares deficientes.

Los acupunturistas creen que las enfermedades suceden cuando el flujo de la energía se desvía y queda fuera de equilibrio. De manera que se introducen las agujas en uno o más puntos para estimular la energía.

Uno de los médicos que practica esto dijo que le fue posible curar, o al menos aliviar, el sufrimiento de un número impresionante de enfermedades, algo que no hubiera sido posible utilizando los métodos tradicionales de la medicina moderna.

¿Existen explicaciones científicas del por qué del éxito de este tratamiento en algunos casos? De acuerdo a los chinos, la CH’I es una fuerza espiritual y no pertenece al mundo físico, por tal motivo (dicen ellos) no hay ni hace falta buscar argumentos que expliquen científicamente la acupuntura.

Si existe tal fuerza, el verdadero Dios de la Biblia no ha dado al hombre el poder de controlarla. Es por eso que la creencia en tal poder se iguala a la idolatría (Dt 11:16; 1Co 10:14; 1Jn 5:21), o peor todavía, es en realidad involucrarse en el mundo del ocultismo.

Sin embargo, no debemos descontar la posibilidad de que la acupuntura tenga éxito, pero no por la explicación ya mencionada sino por una que se podría comprobar con la ciencia moderna pero hasta el momento los científicos no la han descubierto. Hasta el momento no existe una explicación que satisfaga científicamente. Abundan teorías de por qué funciona en ciertos casos. La más factible hasta el momento explica que la acupuntura estimula el cuerpo a producir endorfinas –sustancias químicas naturales en el cerebro y en la medula espinal que son similares a la morfina y la heroína.

Queda una pregunta importante: ¿Es posible divorciar la acupuntura de su trasfondo taoísta? Teóricamente sí. Pero la gran mayoría de los otros practicantes de acupuntura están involucrados en religiones orientales o directamente en el ocultismo.

Otro motivo por el que debemos abandonar este tratamiento después de recibir al Señor, tiene que ver con el hecho de que la acupuntura funciona mejor cuando el paciente vacía su mente de todo pensamiento. Sabemos que esto es peligroso.

Se necesita mucha sabiduría y por ello creemos que es mantenerse alejado de este tratamiento si el acupuntor cree en el CH’I, tiene una explicación taoísta de sus beneficios, o desea que el paciente vacíe la mente antes de recibir el tratamiento. La persona que se somete a un practicante de acupuntura, que pretenda manipular las energías del cuerpo, se está sometiendo a un ídolo.
Reunión de Jóvenes sábados a las 6 pm Urb. Alvarez Thomas D-11