Fue una bendición verlos esta semana. Gracias por su ánimo, por su trabajo y esfuerzo. Vivir con algunos fue interesante...¡yo no sabía que las chicas roncaban! O que sabían lavar platos...
La ayuda en el coro fue espectacular (¡gracias Kathya!), o en la cocina (¡gracias Fabi y Joan). Audio y video estaba asegurado (¡gracias Julio!), al igual que la chacota (¡gracias Frank y Karlo!)
Hoy viaja Julio a Lima, y sé que Dios seguirá cuidando de su vida y testimonio.
