Debes estar lo suficientemente interesado para decir la verdad fraternalmente, incluso cuando prefieras pasar por alto un problema o no tratar un asunto espinoso. Muchas personas persisten en sus conductas autodestructivas porque no tienen a nadie que las ame lo suficiente como para decirles la verdad (aunque duela).
A veces surge un asunto que puede provocar tensión o incomodidad y lo pasan por alto. La comunión verdadera es el resultado de una franqueza amorosa, ya se trate de un matrimonio, una amistad o tu iglesia. Cuando un conflicto es bien manejado y se encaran y solucionan las diferencias, se estrechan las relaciones.
La franqueza no debe ser una licencia para decir lo que a uno se le antoja, dondequiera y cuando quiera. Eso es descortés. Las palabras irreflexivas dejan cicatrices profundas.
2. Cultivar buenas relaciones requiere humildad.
Nada destruye la comunión tan rápido como la arrogancia, la autocomplacencia y el orgullo empedernido. El orgullo construye paredes entre las personas; la humildad construye puentes.
Este es otro motivo por el que debemos ser humildes: el orgullo bloquea la gracia de Dios en nuestra vida, la que necesitamos para crecer, cambiar, sanar y ayudar a los demás. Es una manera peligrosa de vivir.
Podemos desarrollar la humildad de manera práctica: reconociendo nuestras debilidades, siendo tolerantes con las debilidades de otros, estando dispuestos a ser corregidos y destacando lo que hacen los demás.
La humildad no es pensar menos de ti mismo sino pensar menos en ti mismo. Humildad es pensar más en los demás.
3. Cultivar buenas relaciones requiere amabilidad.
La cortesía o amabilidad consiste en respetar nuestras diferencias, tener consideración por los sentimientos de otras personas y ser tolerantes con las que nos molestan.
En todo lugar siempre habrá por lo menos una persona “difícil”. Podríamos llamarlas personas NGE: que “necesitan gracia extra”. Dios puso a tales personas en medio de nosotros para nuestro beneficio como para el de ellas. Son una oportunidad para el crecimiento y poner a prueba