“Léala para ser más sabio, créala para ser salvo y practíquela para ser santo. Contiene luz para dirigirle, alimento para sustentarle, consuelo para animarle. Es el mapa
“Aquí el paraíso es restaurado, el cielo abierto y las puertas
“Léala despacio, frecuentemente y con mucha oración. Es una mina de riqueza, un paraíso de gloria y un río de placer. Se nos ha dado en la vida, será abierta en el juicio y será recordada para siempre. Involucra la responsabilidad más alta, galardona la labor más grande y condena al que se burla y cambia su contenido santo”.