La batalla contra la lujuria

Cuando un joven enfrenta una batalla contra la lujuria, debe pelear con las mismas armas. El fuego de los placeres de la lujuria debe ser peleado con el fuego de los placeres de Dios. Si tratamos de pelear contra el fuego d ela lujuria con solo prohibiciones y amenazas, a pesar de las advertencias terribles de Jesús, fallaremos.

Debemos pelearla con una gran promesa de felicidad superior. Es necesario apagar el tenue parpadeo de placer de la lujuria en la gran conflagración de la satisfacción sagrada. Nuestro objetivo no es meramente evitar algo erótico, sino también ganar algo excelente.

La clave es el poder de las promesas de Dios. Cuando estamos encantados por Su preciosidad y magnificencia, el efecto es liberación de los deseos desordenados, que en realidad ni son preciosos ni magnificentes. Pablo llama a estos deseos esclavizantes como "deseos engañosos" (Ef 4.22), y dice que la "pasión de concupiscencia" (o lujuria) de los paganos proviene del hecho que ellos "no conocen a Dios" (1Ts 4.5).

De igual manera, Pedro califica a estos "deseos que antes tenías estando en ignorancia": ignorancia de la gloria de Dios y sus preciosas y magníficas promesas (1P 1.14). Lo que Pablo y Pedro quieren decir es que estos deseos deseos toman su poder mintiéndonos para engañarnos. Acosan nuestra ignorancia de las promesas de Dios. Afirman ofrecer placeres preciosos y experiencias fabulosas.

¿Qué puede liberarnos de ellos? Imponiendo, inspirando y captando la atención de la verdad, esa verdad de las promesas preciosas y maravillosas de Dios, que revelan la mentira de la lujuria a la luz de la gloria de Dios.

"Batallando contra la Incredulidad", John Piper, Editorial Vida.
Reunión de Jóvenes sábados a las 6 pm Urb. Alvarez Thomas D-11