“Comencé con casi todo lo que un joven puede desear en la vida. Me dejé seducir en largos hechizos de facilismo sensual y sin sentido. El deseo se convirtió en una enfermedad, una locura, o ambas cosas. Me importó poco la vida de los demás. Tomé del placer cuando así lo sentía, y luego pasaba a otra cosa. Olvidé que cada pequeña acción de cada día hace o deshace el carácter…Dejé de ser señor de mí mismo. Ya no era más el capitán de mi alma y ni siquiera lo sabía. Permití que el placer me dominara. Y terminé en una horrible desgracia. Hay una sola cosa para mí ahora: absoluta humildad”. Oscar Wilde.
Para poder tener éxito, la tentación y la seducción siempre requieren de una disposición, una inclinación, una imaginación y alguien dispuesto a explotar a otro semejante. Eso incluye la famosa “libertad sexual”. La vergüenza es un indicador de que la conciencia se encuentra viva.
Cada poder que el hombre conoce viene con un doble filo: uno, el conocimiento de usarlo correctamente, y el otro, la gran capacidad de abusar de él. Cada apetito del que se abusa reconstruye el deseo, y es este deseo alterado al que el enemigo de tu alma apela.
Apetitos naturales erróneamente dirigidos son el problema. Dar prioridad a nuestros apetitos de acuerdo con la carne es degradarlos en el proceso. Es tiránico obtener por un medio lo que está diseñado para obtenerse de otro. Cuando se obtiene en la manera incorrecta, contaminas el apetito mismo hasta que la manera incorrecta se convierte en la única, y la manera correcta se convierte en una carga.
Las acciones incorrectas producen deseos incorrectos adicionales…y degradan los buenos.
"Vuelva a Maravillarse", Ravi Zacharias, Mundo Hispano.
"Vuelva a Maravillarse", Ravi Zacharias, Mundo Hispano.