Yo sé que no hay un versículo exacto en la Escritura que se
dirija a la pregunta, “¿qué tan lejos es muy lejos?”. Si ese versículo
existiera, les garantizo que ya se habría hecho un estudio bíblico sobre él. No
podemos simplemente ir a Ezequiel capítulo 4 y encontrar un versículo que
defina las cosas. Pero la Biblia nos dice todo lo que tenemos que saber acerca
de la vida y la piedad. Hay principios que nos ayudan en esta discusión.
Primero, la meta principal de todas las relaciones es
glorificar a Dios, y no acercarme lo más que pueda al pecado. Nosotros no somos
minimizadores de la salvación interesados en que se nos deje pasar con algo.
Nosotros deseamos saber cómo agradar a Dios supremamente cuando estamos
casados.
Segundo, no estimule el amor antes de tiempo (Cantares 2:7;
3:5; 8:4). Estos son deseos poderosos de los que estamos hablando, y en el
contexto equivocado, son tentaciones poderosas. Muchas personas piadosas se han
encontrado en todo tipo de cosas que nunca creyeron que harían. Ustedes tienen
toda una vida delante de ustedes para averiguar las cosas, así que tengan
cuidado de no despertar pasiones que no pueden ser consumadas. Es mejor errar
del lado de la precaución. Nunca he escuchado a una pareja cristiana lamentarse
por todo lo que no hicieron antes de casarse.
Tercero, y aquí es donde las cosas parecen ser radicalmente
contra-cultura para muchos creyentes, ustedes deben tratar a todos los
Cristianos con los que no estamos casados como sus hermanos y hermanas en
Cristo (1 Timoteo 5:1-2). Así que, hombres solteros, ¿cómo luce la pureza hacia
su hermana [refiriéndose a la familia por consanguinidad]? ¿Estaría a solas con
ella? ¿La estaría besando apasionadamente? ¿Estaría en la cama con ella? ¡Por
supuesto que no! ¡Ella es tu hermana! Pues ahí lo tiene: un estándar para la
pureza hacia las hermanas espirituales en tu vida. Cristianos solteros, la
regla general es esta: No hagas con otro muchacho o muchacha lo que no harías
con tu hermano o hermana.
La inmoralidad sexual es la actividad sexual fuera del
matrimonio entre un hombre y una mujer. Es el tipo de cosa que a usted le
indignaría encontrar a su esposa(o) haciendo con alguien más. Y sin embargo,
muchos cristianos no tienen problemas en hacer la mitad de las mismas cosas con
alguien con quien no están casados. Usted no se besaría con un extraño. Usted
no se besaría con su amigo. Pero usted se besaría con alguien con quien está
saliendo. ¿Cuál es la diferencia? “Bueno, estamos comprometidos el uno con el
otro”, dice usted. Pero, realmente no lo están. Las parejas que salen juntas
pueden terminar en cualquier momento – aún durante un compromiso
pre-matrimonial – sin ninguna atadura. El compromiso en los noviazgos puede ser
uno de exclusividad pero no es ciertamente uno de permanencia. Y sin la promesa
o la permanencia, no es un compromiso.
La verdad es, usted no está casado hasta que está casado. Y
hasta que usted esté casado, creo es una inferencia justa de los principios
bíblicos que usted debe refrenarse de cualquier actividad sexual – aún aquella
que se detiene antes del sexo…Largas sesiones de besarse (y más) no es el
camino para que los jóvenes traten “a las jovencitas, como a hermanas, con toda
pureza” (1 Timoteo 5:2). Si usted quizá no se vaya a casar con quien está
saliendo, ¿por qué hacer todo tipo de cosas con la futura esposa de otro, cosas
que le costarán trabajo olvidar una vez que se ha casado?
Tomado del libro “The Hole in our Holiness” (El Hueco en
nuestra Santificación), de Kevin DeYoung.