Oración de un padre por sus hijos

Un precioso y conocido poema, atribuido a Douglas McArthur, nos entrega una plegaria que un padre presenta delante de Dios.

Dame, oh Señor, un hijo que sea lo bastante
fuerte para saber cuándo es débil,
y lo bastante valeroso para enfrentarse
consigo mismo cuando sienta miedo;
que sea humilde y magnánimo en la victoria.
Dame un hijo que nunca doble la espalda
cuando deba erguir el pecho;
un hijo que sepa conocerte a ti …
y conocerse a sí mismo,
que es la piedra fundamental de todo
conocimiento.
Condúcelo, te lo ruego,
no por el camino cómodo y fácil;
sino por el camino áspero,
aguijoneado por las dificultades y los retos.
Ahí déjale aprender a sostenerse firme en la
tempestad,
y a sentir compasión por los que fallan.
Dame un hijo cuyo corazón sea claro, cuyos
ideales sean altos;
un hijo que sepa dominarse a sí mismo,
antes que pretenda dominar a los demás;
un hijo que aprenda a reír,
pero que también sepa llorar;
un hijo que avance hacia el futuro,
pero que nunca olvide el pasado.
Y después que le hayas dado todo esto,
agrégale, te lo suplico,
suficiente sentido de buen humor,
de modo que pueda ser siempre serio,
pero que no se tome a sí mismo
demasiado en serio.
Dale humildad para que pueda
recordar siempre
la sencillez de la verdadera sabiduría,
y la mansedumbre de la verdadera fuerza.
Entonces yo, su padre, me atreveré
a murmurar:

“¡No he vivido en vano!”.
Reunión de Jóvenes sábados a las 6 pm Urb. Alvarez Thomas D-11