La televisión no dice la verdad sobre el sexo prematrimonial
Aunque para muchos suene como algo estrafalario, la verdadera liberación sexual y la intimidad verdadera se encuentran dentro de los límites morales que Dios diseñó compasivamente para nosotros.
Lamentablemente, los cristianos han adquirido la reputación de ser sexualmente reprimidos y mojigatos, una reputación de algún modo justificada por los intentos equivocados en siglos pasados por declarar el sexo como un mal necesario.
Pero si utilizamos la Biblia como nuestra fuente de información, nos percatamos de que Dios quiso que el sexo fuera un arte maravilloso e importante de los procesos de vinculación entre esposos y esposas. Él lo diseñó no solo para la procreación, sino para el placer igualmente.
La verdad acerca de las consecuencias ¿Quién podría dudar que el enfoque de Dios respecto al sexo es mejor que el de Hollywood? Las consecuencias son pasadas por alto en la industria del entretenimiento.
Por ejemplo, es posible que la televisión no describa las consecuencias de los 57 tipos conocidos de enfermedades de transmisión sexual, pero los científicos reportan que están en un nivel epidémico. Algunas de estas enfermedades, como el herpes, son incurables; otras causan infertilidad; el SIDA puede incluir una sentencia de muerte.
Además de esto, la televisión rara vez muestra las consecuencias de los embarazos no deseados que ocurren por las relaciones sexuales prematrimoniales.
Además, la televisión no muestra el trauma que sufren el millón doscientos mil mujeres norteamericanas, en las que están incluidas cuatrocientas mil adolescentes, que dan fin a sus embarazos por medio del aborto. Cierto estudio demostró que son más propensas a intentar suicidarse que otras mujeres. Muchas viven con un doloroso remordimiento que parecen no poder resolver.
La televisión no muestra las consecuencias de la adicción sexual, y la conducta compulsiva que ocasiona.
Rara vez la televisión muestra la devastación emocional que ocurre cuando a la intimidad no matrimonial le sigue el abandono. O la vergüenza, culpa y pensamientos destructivos que pueden obsesionar a una persona luego de un encuentro sexual que quema de forma brillante por un corto tiempo pero que luego se torna fría como el hielo.
Pregunte a cualquier consejero en una línea de asistencia a los suicidas, y le dirá que las llamadas más frecuentes están relacionadas con las relaciones destrozadas, en especial aquellas en las que el sexo está involucrado.
El alto costo de las emociones baratas Hollywood puede barnizar los costos, pero son reales, y Dios quiere que no incurramos en ellos.
¿Qué debemos hacer? Una cosa es cierta: no podemos ocultarnos de los persuasivos medios de comunicación, pero podemos ejercer discernimiento. Cuando un programa de televisión, película o video musical trate de convencerlo de que todos disfrutan del sexo fuera del matrimonio, que el adulterio está de moda y que la fidelidad no, que solamente los perdedores y los solitarios no están en busca de estas cosas, llame a esto por su nombre: mentira.