¿Cuál es el costo que necesitamos pagar para tener buenas relaciones con los demás? (2)

4. Cultivar buenas relaciones requiere discreción. 
Para que las personas sean sinceras y expresen sus más profundas penas, necesidades y errores, se requiere una atmósfera segura que las haga sentirse cálidamente aceptadas y donde puedan desahogarse con confianza. La discreción no implica permanecer en silencio si nuestro hermano peca. Significa que lo que se expresa dentro del grupo no sale fuera de él, que el grupo tratará el asunto internamente y nadie saldrá a contar chismes. 

“El hombre perverso levanta contienda, Y el chismoso aparta a los mejores amigos” (Proverbios 16:28). 

Los chismes provocan sufrimiento y divisiones, y destruyen la comunión. Dios es claro: debemos enfrentar “al que cause divisiones” (Tit 3.10). Estas personas pueden enojarse y abandonar el grupo o la iglesia cuando se las amonesta por sus acciones divisivas, pero el compañerismo de la iglesia es más importante que cualquier individualidad. 

5. Cultivar buenas relaciones requiere contacto frecuente. 
Para tener buenas relaciones con los demás, debes invertir tiempo.

“no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca” (Hebreos 10:25). 

Debemos desarrollar el hábito de reunirnos. Un hábito es algo que hacemos con frecuencia y regularidad, no ocasionalmente. Debemos pasar tiempo juntos para construir relaciones sólidas. Las buenas relaciones no se construyen sobre la conveniencia (“nos reuniremos cuando nos parezca”), sino que se apoya en la convicción de que la comunidad es necesaria para la salud espiritual. Al principio, los cristianos ¡se reunían todos los días! 

“Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón,” Hechos 2:46).
Reunión de Jóvenes sábados a las 6 pm Urb. Alvarez Thomas D-11