Luego de las relaciones sexuales antes del matrimonio,
generalmente se inicia un proceso de rechazo, odio y separación. Además de que esto lo advierte la Palabra del Señor, he
escuchado suficientes testimonios como para certificar que es un hecho real.
Esta es la experiencia de la mayoría de las personas que llegan a las
relaciones sexuales prematrimoniales. Una vez que el hombre consigue su
propósito de satisfacer su pasión, una vez que obtuvo su satisfacción, algo
comienza a ocurrir en la relación. Aunque posteriormente algunas parejas intentan
mantener su vida sexual, aun así se comienza a dar un lento proceso de
separación.
He escuchado muchas veces este relato. Es la triste historia
que han vivido muchas parejas que siguieron ese proceso pecaminoso. Aquellos
que comenzaron acercándose paulatinamente, tomándose la mano, apartándose a
lugares oscuros y solitarios, aquellos que se excedieron en las caricias, que
buscaron la excitación de la otra persona y que luego llegaron al acto sexual,
muchas veces experimentaron un rechazo y maltrato mutuos.
Si usted pregunta principalmente a la mujer lo que sintió
después de que terminó este proceso, le comunicará su decepción y temor, le
describirá los cambios que ocurrieron en la relación. Le dirá que algunos
muchachos sólo han querido tener relaciones sexuales regularmente. Incluso los
que experimentaron por primera vez no se detuvieron en una relación sexual. Es
que muchas parejas de jovencitos ni siquiera saben bien lo que debe ocurrir ni
cómo tener relaciones sexuales saludables.
Generalmente tienen el acto sexual en medio de un ambiente
tenso, saben que hacen algo indebido, tienen temores, están escondidos y temen
las consecuencias. Algunas chicas sufren una gran decepción pues no logran
sentir nada y luego psicológicamente quedan condicionadas para desechar esas
relaciones, y algunas mantienen ese rechazo aún cuando llegan al matrimonio.
Otros quieren seguir experimentando, buscan mejores satisfacciones
y forman un hábito sexual. Muchos quedan atrapados en ese despertar a la vida
sexual y continúan teniendo relaciones sexuales periódicas hasta que llega un
embarazo o sienten que es una rutina. Unos cuantos comienzan a buscar a su
nueva presa y dejan a un lado a la otra persona, quien quedó ligada
emocionalmente.
"Cartas al Joven Tentado", David Hormachea.