Los costos de un evangelismo agresivo

1. Tiempo y energía
Usted y yo sabemos que llegar a la gente descarriada no será sencillo. Involucrará dedicar tiempo y energía, nuestros recursos más valiosos, para entablar relaciones, demostrar el cuidado cristiano y la compasión, y orar constantemente. Involucrará explicar y volver a explicar el aparentemente sencillo mensaje del evangelio, esperar con paciencia mientras ellos “piensan al respecto” (sabiendo que en muchos casos realmente se están escapando), intentar soportar una enormidad de preguntas desafiantes y, en el fondo de nuestra mente, darnos cuenta de que pueden terminar rechazando a Cristo. Suena como una fórmula para la frustración, ¿no es cierto?

Pero permítame preguntarle esto: ¿De qué manera mejor puede usted dedicar su tiempo y energía que invirtiéndola en las personas, muchas de las cuales le agradecerán por toda la eternidad en el cielo? ¿Qué otra inversión cosechará una recompensa tan alta?

2. Leer y estudiar
Para poder llegar a otras personas es necesario estudiar la Biblia y, en ocasiones, leer libros que nos muestren cómo compartir nuestra fe, o asistir a capacitaciones en nuestra iglesia. Es necesario un esfuerzo para asegurarse de que uno sabe de lo que está hablando.

Las Escrituras nos dicen todo lo que necesitamos para seguir creciendo en nuestro conocimiento y comprensión de Dios.

3. Dinero
Es verdad que invertir en la vida de los demás requiere un  gasto tangible. Almuerzos, llamadas, libros, seminarios y a veces proveer para las necesidades físicas de los demás, estas son algunas de las exigencias financieras que el cristianismo contagioso puede cargar sobre nuestras billeteras.

Pero cuando se cumple la tarea, el monto del dinero gastado es por cierto relativamente bajo, especialmente en comparación con las abrumadoras recompensas que resultan (Mateo 6.20-21).

4. Riesgo de avergonzarse, ser rechazado o ser perseguido
Si bien probablemente pocos de nosotros sufrirán una persecución abierta, hay una alta posibilidad de que experimentemos algunos tipos de resistencia menores. Podrían ser burlas de nuestros amigos, o simplemente el sentimiento de sentirse solo, de ser dejado afuera de determinadas conversaciones o reuniones sociales. Pero también esto se puede volver más serio cuando hay discriminación o acoso intencional debido a lo que representamos.

No hay una respuesta fácil para esto. Solo lo alentaría a pedirle a Dios que le permitiera ver su punto de vista ventajoso sobre los beneficios de obedecerlo (Mateo 5.11-12; Gálatas 6.9).

5. Complica su vida
Para la mayoría de nosotros, el costo principal de llegar a los demás es que nos atrapan en las preocupaciones y actividades de sus vidas. Ataca nuestra independencia. Agrega detalles a nuestras agendas sobrecargadas. Dicho en términos simples, complica nuestra ya complicada vida.

Pero lo mismo ocurre con casarse. Y con tener hijos. Y con comprar una casa. Y, ya que estamos hablando, con convertirse en cristiano piénselo. Todas estas áreas requieren tiempo, esfuerzo, aprendizaje, algún riesgo y, sin duda algún dinero. La mayoría de las cosas que son importantes complican nuestra vida. Pero, ¿valen la pena? ¡Por supuesto que sí!
Reunión de Jóvenes sábados a las 6 pm Urb. Alvarez Thomas D-11