EL POR QUÉ DETRÁS DEL MANDAMIENTO
- Librarnos de la angustia emocional, choque de valores, conflicto continuo.
- Escudarnos amorosamente de cierta clase de dificultades.
- El incrédulo no comparte normas, simpatías y metas cristianas.
- No formar ninguna relación (temporal o permanente) con incrédulos que puedan conducirlos o comprometer las normas cristianas o a poner en peligro la constancia del testimonio cristiano.
Si se casa con un incrédulo, sentirán ese mismo dolor. Pensarán diferente en cuanto a la crianza de sus hijos, las finanzas y poco a poco experimentará una estrangulación de la fe cristiana.
Salomón es un claro ejemplo. Fueron las mujeres las que "desviaron su corazón". Otro ejemplo es el de Jezabel y Acab. La Biblia dice que fue ella la que influyó poderosamente en la desobediencia e incredulidad de su esposo, 1 Reyes 16.33.
Lo que pasará en este matrimonio es que uno de ellos buscará más a Dios, lo tomará más en serio, y será más probable que problemas maritales hagan erupción pues el otro no tendrá el mismo deseo. "No te unas en yugo desigual".