¡Felicitaciones Katya!

El domingo que pasó, por la tarde, Katya dio su examen de ingreso a la universidad, ¡e ingresó! ¿La carrera? Ingeniería Comercial.

Katya nos ayuda con la música en la iglesia, y es de mucho ánimo a las señoritas. Trabaja también con el periódico mural, y tiene en su corazón una carga muy grande por sus amigas, pues desea ver que conozcan a Cristo como su Salvador.

Junto a sus padres y hermanos sirven a Dios, y puedo ver muchas bendiciones Suyas en sus vidas. ¡Felicitaciones!

Cinco razones para enseñar

1. Aprendes más.

2. Te motiva.

3. Incrementa tu habilidad para escuchar.

4. Posibilita el cambio.

5. Logras aumentar tu influencia.


Elecciones luego del matrimonio: Consolida la relación (Gn 2.24, "se unirá")

El plan de Dios para el matrimonio obliga a esposos y esposas a unirse, o, literalmente, aferrarse uno al otro. Un buen matrimonio está basado más en el compromiso que en los sentimientos o la mera atracción.

De acuerdo con Mal 2:14 y Pr 2:17, el matrimonio es un pacto o contrato irrevocable al que estamos atados. Cuando dos personas se casan, ellos prometen ser fieles uno al otro sin importar lo que ocurra. El divorcio no es una opción en esta alianza.


1. La esposa promete ser fiel

Aunque el esposo envejezca; pierda su salud, su riqueza, su empleo o su encanto; inclusive si aparece alguien más apasionante.


2. El esposo promete ser fiel

Aunque su esposa pierda la belleza y su atractivo; aunque ella no sea tan pulcra y arreglada como a él le gustaría; aunque ella gaste el dinero en tonterías o sea una mala cocinera. Tanto el esposo como la esposa prometen aceptar absoluta responsabilidad por su relación – de este modo se comprometen uno con el otro sin importar los problemas que puedan surgir.


Dios usa el matrimonio como una representación de la unión de Su familia. Cuando somos salvos, estamos comprometidos con Cristo (2Co 11:20). Durante toda la vida esperamos el gozoso momento de convertirnos en Su amada. Cuando una persona se hace cristiana, deja su antigua forma de vida, su propia justicia, el interés de servirse a sí mismo, y se vuelve a Cristo – quien murió por los pecadores.


Así como Dios NUNCA pensaría en dejarnos, de la misma forma nosotros con nuestra pareja.

"Lo que espero de mi hijo"

Son muchos los sueños que tiene un padre cuando tiene un hijo. Pero una vez que conocemos la Palabra de Dios, sabemos cuáles son las prioridades en su vida. Hablando como padres, ¿qué deseamos de nuestros hijos? Espero que esto te desafíe...

1. Que ame a Dios con todo su corazón. De ser así, lo buscará cada mañana, pensará y actuará bíblicamente, y guardará su pureza como oro.

2. Que decida servirle con toda su vida. Que su mayor deseo sea hacer Su voluntad, donde esté, con quien esté.

3. Que trate a los demás como personas muy importantes. Que no las desprecie ni las ignore. Que esté dispuesto a ayudarles. Que sea como el samaritano de la historia de Jesús. Eso lo hará generoso.

4. Que ame con todo su corazón a su esposa(o) e hijos. Que decida ser ejemplo para ellos.

5. Que trabaje con mucha alegría. Que no queje del lugar en el que está. Que todos vean que disfruta lo que hace, y que administra sabiamente lo que obtiene.

6. Que nunca deje de crecer. Que siempre esté aprendiendo y leyendo. El mayor obstáculo para el crecimiento no es que no sabemos, sino la sensación ilusoria que sabemos.

7. Que comparta su fe con gozo y paciencia. Que su hogar sea un lugar donde se da testimonio de Su Palabra.

8. Que siempre nos muestre respeto. Quizás nos será difícil vernos, pero allí estaremos para dar nuestro humilde consejo...cuando lo pida.

9. Que sea el líder espiritual de su familia. Que juntos adoren a Dios, por las mañanas y en la iglesia, cada domingo.

10. Que nunca se rinda. Que sea una persona tenaz. Que pase lo que pase, su dicho favorito sea "no me rendiré".

"Impulsado" vs. "Llamado"

En su excelente libro Ponga orden en su mundo interior, Gordon MacDonald distingue a la persona «impulsada» de la «llamada». Los impulsados viven atormentados por lo que se «debería» hacer y su sentido de valor gira entorno de sus logros, especialmente de lo que otros opinan acerca de esos resultados. Un ejemplo claro de esta clase de persona es el rey Saúl. Tan importante era para él la opinión de los demás que estuvo dispuesto a desobedecer a Dios (1Sa 15.24).

Qué diferente Juan el Bautista, que es el perfecto ejemplo de un hombre llamado. Estuvo dispuesto a canjear la fama por el anonimato y cuando quisieron presionarlo para que defendiera su prestigio replicó: «es necesario que Cristo crezca, pero yo debo decrecer» (Jn 3.30).

¿Cuál fue la diferencia entre estos dos hombres? Juan el Bautista tenía una vida interior bien ordenada. Había pasado años en el desierto de Judá orando, ayunando y preparando su espíritu para el ministerio que le había sido encomendado. Había recibido sus instrucciones de Dios, y por eso pudo enunciar con tanta convicción cuál era su misión. Precisamente por esa fortaleza interior Juan no se desmoronó cuando sus seguidores comenzaron a abandonarlo para seguir a Jesús.

La vida de Saúl, por su parte, giraba en torno de lo externo y por eso eventualmente se derrumbó. Como en tantos otros casos, cuanto más alto el lugar que ocupa el líder, más estrepitosa será su caída, si no está sustentado por una vida íntima significativa. Las actividades que nutren nuestro ser interior deberían ser tan importantes para nosotros como lo es comer y dormir.

El Camino de la Pureza

La pureza no es el resultado de una elaborada estrategia para evitar el mal, sino el resultado de caminar en la verdad

Texto Bíblico base: Salmos 119.9
La pregunta que hace el salmista no es sin importancia para nosotros. En primer lugar porque la pureza es un aspecto fundamental de la vida espiritual. El apóstol Pedro le dice a la generación del Nuevo Pacto: «Como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia, sino, así como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir, porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo.» (1Pe 1.14–16) Esto nos presenta uno de los más grandes desafíos de la iglesia, que incursiona en un mundo profundamente contaminado.

Existe otra razón por la que la pregunta de David es de peso. Su deseo es descubrir, puntualmente, cómo puede el joven guardar puro su camino. Esto no significa que la generación que los antecede está exenta de esta responsabilidad. Pero es de particular importancia que el joven descubra el secreto de la pureza porque se encuentra en una etapa de la vida donde las tentaciones poseen un poder especialmente seductor. La razón de esto es que el joven aún no ha adquirido la madurez ni la sabiduría para discernir cuál es el fin de muchas las propuestas impuras que el mundo ofrece. La respuesta que trae el salmo es breve, sencilla y bien al punto. Lo que hace falta es guardar la palabra.

Quisiera resaltar, por un momento, lo que no incluye esta respuesta. David no está diciendo que la pureza se logra memorizando los textos de los libros bíblicos, aunque esta disciplina, por cierto, es de mucha bendición. Tampoco está señalando que la pureza se obtiene mediante el estudio diligente de las Escrituras. Queda descartado, por ende, que podamos alcanzar la pureza escuchando muy buenas predicaciones bíblicas, ni leyendo excelentes comentarios acerca de las Escrituras. Todas estas actividades ciertamente pueden facilitar la tarea que propone el salmista, pero ninguna de ellas la puede sustituir.

Creo que es importante mencionar esto porque es muy fácil confundir la perspectiva y creer que las actividades mencionadas son prácticamente lo mismo que el camino señalado por el salmista. No obstante, la respuesta de David es bien clara: la pureza se obtiene con guardar la Palabra. ¿Y a qué se refiere con guardar? Cumplir, obedecer, seguir, practicar, ejecutar, vivir, hacer, ejercer… usted ya se da una idea de lo que implica. La pureza se alcanza cuando uno asume el compromiso de que cada acción, de cada momento, de cada día va a estar dirigida por los designios eternos del Señor.

Observe que la pureza no es el resultado de una elaborada estrategia para evitar el mal. En demasiadas congregaciones el enfoque de la vida cristiana es una larga lista de pecados a evitar. David, sin embargo, señala que la pureza es el resultado de caminar en la verdad, una postura mucho más saludable y atractiva para nosotros. Cuando vivimos haciendo lo bueno, lo malo automáticamente queda excluido como alternativa de vida. ¡Vale la pena guardar su Palabra!

Para pensar:
¿Qué palabra está trayendo Dios a su vida en este tiempo? ¿Qué pasos está tomando para guardarla? ¿Qué resultados ha observado?

Luchando con Dios: Génesis 32.24-25

(por Christopher Shaw)

Este es uno de esos pasajes que nos resulta por demás extraño. ¿Dios envuelto en una lucha cuerpo a cuerpo toda la noche? ¿Cómo ha de explicarse tan raro evento en el relato de la historia de los patriarcas? Para entenderla, debemos recordar la vida de Jacob. Había nacido hijo de la promesa. Por él pasaba la descendencia de aquellos que iban a ser parte de esa gran nación que le había sido anunciada a Abraham. De manera que la bendición de Dios reposaba sobre él aun desde el vientre de su madre.

Un rápido vistazo a los acontecimientos de su vida nos muestran a un hombre que no dudó en echarle mano de cuanto artificio pudiera para hacerse de la bendición que Dios le había prometido. Lo vemos envuelto en reiteradas situaciones en las que se aprovechó de la debilidad de otros, haciendo trampa, mintiendo, engañando y siendo engañado. Acumuló una gran fortuna en bienes, pero se hizo de muchos enemigos en el camino, incluido entre ellos su hermano Esaú, el cual había jurado matarlo por el odio visceral que le tenía. No es una figura que inspire.

A veces el Señor se toma años queriendo decirnos algo y no le prestemos atención. Su voz es la del «silbo apacible». Pero cuando no hacemos caso, debe adoptar métodos más directos. Este es uno de esos incidentes. En forma muy gráfica Dios le muestra al Patriarca lo que había sido su vida hasta este momento. ¡Una lucha sin fin por apropiarse de la bendición de Dios!

El relato nos dice que el Señor no pudo contra él. De cierto esta no era una puja por dominio físico. Dios podría haberlo destruido simplemente con la palabra de su boca. Pero no era la intención del encuentro destruirlo, sino mostrarle lo arduo y agotador que había sido el camino recorrido.

En un sentido muy literal, el Señor le dice al patriarca: toda la vida has estado luchando conmigo, sin darte cuenta que yo estoy de tu lado. ¿Cuándo dejarás de pelear contra mí? ¡Quédate quieto, y déjame que te bendiga de una buena vez por todas! El Señor mismo deseaba la prosperidad de Jacob. Pero no por el camino que el patriarca había escogido.

Muchas veces como líderes estamos tan desesperados por asegurarnos de la bendición de Dios para nuestros proyectos que echamos mano de todo lo que se nos viene por delante. Trabajamos con una desesperación que revela cuanto creemos que todo depende de nuestro esfuerzo. Y hasta logramos el avance deseado. ¡Pero cuánto más fácil hubieran sido las cosas si hubiéramos aprendido a unir nuestro trabajo al brazo fuerte de Dios!

Para pensar:
Quizás este es un buen momento para detenerse. Tome un momento para volver a poner las cosas en su lugar. Usted no está trabajando para Dios. Usted está trabajando con Dios. No quiera hacerlo todo. Descanse más en él, y verá que los frutos de sus esfuerzos serán mayores.

Morir a uno mismo

1. Cuando se olvidan de usted, lo dejan de lado o lo humillan, y no lo lastima ni le duele el insulto o la injusticia contra su persona, sino que da gracias en su corazón porque ha sido considerado digno de sufrir por Cristo, eso es morir a uno mismo.

2. Cuando hablan mal de lo bueno que usted tiene, le niegan los deseos, ignoran sus consejos o ridiculizan sus opiniones, y usted se niega a permitir que la cólera anide en su corazón y rehúsa defenderse, aceptando la situación con una actitud de paciente bondad, eso es morir a uno mismo.


3. Cuando usted soporta paciente y amorosamente el desorden, las irregularidades, la impuntualidad u otras molestias similares, cuando se encuentra frente al derroche, la extravagancia, la insensibilidad espiritual y lo sobrelleva como Cristo lo sobrellevó, eso es morir a uno mismo.


4. Cuando no le complace referirse a sí mismo en las conversaciones, ni presentar una lista de sus buenas obras, buscando el reconocimiento de los demás, cuando realmente puede sentirse a gusto en el anonimato, eso es morir a uno mismo.


5. Cuando usted se muestra contento con cualquier comida, cualquier ofrenda, cualquier ropa, cualquier clima, cualquier compañía, cualquier soledad, o cualquier interrupción por amor a Dios, eso es morir a uno mismo.


6. Cuando usted ve prosperar a su hermano o ve cubiertas sus necesidades y logra honestamente regocijarse en su espíritu por el bien que le ha tocado a otro, sin sentir envidia, ni cuestionar a Dios, aun cuando sus propias necesidades parecen ser mayores y más urgentes...eso es morir a uno mismo.


7. Cuando alguien con menos estatura que la suya lo reprende o corrige y usted logra someterse humildemente, no solamente por fuera sino también por dentro, sin que se manifieste en su corazón un espíritu de rebelión o resentimiento, eso es morir a uno mismo.


¿Ya ha muerto usted? En estos últimos días el Espíritu conducirá a su pueblo hacia la cruz, a fin de «conocerle a El... llegando a ser como Él en su muerte» (Fil 3.10)

Elecciones luego del matrimonio: Cortar el cordón

Génesis 2:24, “dejará…”
Es un hecho que cada uno(a) de ustedes, tarde o temprano, se casarán y formarán un nuevo hogar. Es necesario ir preparándose para ese momento "inevitable", y entender sus obligaciones hacia su cónyuge, para que después no haya "sorpresas". Así que, ¡alístense!

El mandamiento de Dios para el matrimonio es que dejemos a nuestros padres. “Dejar a nuestros padres” significa que nuestra relación con ellos llega a un nuevo nivel. De manera que, si esta es la primera elección que debemos hacer, ¿cómo debe cambiar nuestra relación con nuestros padres?


1. El matrimonio cambia nuestra fuente de autoridad

Nuestros padres se convierten en nuestros amigos, y a quienes honramos. Ya no son más la autoridad a quienes seguimos, sino amigos sabios a quienes consultamos en ocasiones. Esta es la esencia de una relación adulta con esos valiosos padres de la familia en la que Dios escogió situarnos. Por eso debemos honrarlos con nuestras palabras y acciones todos los días (Tit 3:2).


2. El matrimonio cambia nuestra fuente de comunicación

Nuestro esposo o esposa se convierte en el confidente más grande de nuestra vida. Todos nuestros planes, metas, esperanzas y miedos – toda nuestra vida ahora es compartida con nuestro compañero o compañera perfecta quien nos corresponde según el plan de Dios (1P 3:7a). Nunca debemos tener una actitud hacia nuestro esposo o esposa que refleje un deseo de cambiarlos para que sean más como a nuestros padres les gustaría que fueran
.

La orientación ha cambiado; nuestros padres no deben ya establecer la dirección de nuestra vida ni de nuestro matrimonio. Nuestro compañero en Cristo es ahora la persona a quien buscamos honrar, apoyar, complacer, y servir para la gloria de Dios (1P 3:7b).


3. El matrimonio cambia nuestra fuente de sustento

Nuestro colaborador es de quien obtenemos apoyo, aprobación, y más que todo, aceptación y afecto. Nuestros padres solían ser la base de todo lo que hacíamos, pero ahora nuestro compañero para la vida se convierte en ese amigo absoluto y complemento (1P 3:7b). Cualquier pecado de amargura produce malestar espiritual por mucho tiempo. (He 12:14-15).


Correspondientemente, como con cualquier asunto espiritual – el arrepentimiento y la restauración deben ser deseados, buscados y encontrados. Un matrimonio bendecido no tiene asuntos sin resolver a los que no se les presta atención (Ef 4:27). ¿Estoy yo claramente más dedicado a mi cónyuge que a todas las demás personas?

¡Mucha ayuda!





Antes del inicio del congreso, varios jóvenes de la iglesia fueron al seminario para ayudarnos preparando todo.

Aquí mostramos algunas fotos de los hermanos y hermanas "trabajando" por ayudar...espero que no les haya dado calambre luego del esfuerzo.

Ayer nos reunimos todos en casa de hermano Lalo Valdivia, por su cumpleaños, y pasamos un buen tiempo. Mañana las señoritas y Julio estarán yendo a pintar la clase de Escuela Dominical, y ya "contrataron" a Elio Hilares, con lo que se aseguraron la chacota...

¡Disfruten las fotos, que luego vienen más!

¿Por Qué No Buscar Tener Enamorado?

Esta es una parte de la lección que dio Pamela a las adolescentes, y dio muy buenos puntos. ¡Gracias Pamela por tu ayuda!

- Porque no es la voluntad de Dios (para un adolescente): Romanos 12:1 - Mateo 6:31-33
- Porque no es el tiempo: Eclesiastés 3:1
- Porque no tienes la madurez suficiente
- Porque serás de tropiezo: 2 Corintios 6:3 - Mateo 18:6-7
- Porque saldrás lastimada o puedes lastimar a otra persona: Génesis 34
Reunión de Jóvenes sábados a las 6 pm Urb. Alvarez Thomas D-11