Les brindo mis cordiales saludos en esta carta, deseando que Dios siga bendiciendo sus vidas y sus familias. Agradezco a Dios que me da la oportunidad de poder compartirles lo que Dios está haciendo con su Iglesia en el país de Argentina.
Tuve el privilegio de poder predicar en la Iglesia del pastor Manuel Cáceres estos domingos y conocer a los hermanos de la Iglesia. El tiempo de estadía en la casa del pastor y las conversaciones que tenemos al respecto de las personas que llegan a la Iglesia me da la oportunidad de conocer más a fondo la situación familiar y espiritual de cada uno de ellos. Me doy cuenta que el corazón de las personas en este país son difíciles de ganarlos para Cristo. Muchos de ellos tienen influencias erróneas de pentecostalismo con las que el pastor está luchando.
No hace mucho frente a la casa del pastor presenciamos una balacera entre vecinos que reclamaban la posesión de sus terrenos; a un joven le dispararon en la pierna y otro tuvo un corte en la oreja. Hubo noches sin dormir por causa de gritos y peleas de una pareja vecina. Lo único cierto que me dice el pastor es: “Conoce la realidad del mundo”.
El estar aquí me hace conocer la costumbre, la cultura, la comida, el clima, la política, pero sobre todo la necesidad de Cristo en la personas, ver corazones vacíos, familias destruidas, jóvenes rechazados; me hace entender la falta de obreros entregados en este lugar. Y doy gracias a Dios que me permitió estar aquí y ser útil todo el tiempo.
Este viernes 10 tendremos una campaña evangelística en la Iglesia donde invitaremos a los vecinos de la zona y visitar un barrio donde viven más de 600 familias peruanas. Ya hicimos una primera visita por esa zona y una pareja de ancianos de Cajamarca nos pidió que volvamos a visitarlos. ¡Qué bendición!
En la Iglesia del pastor Manuel hay un ministerio de 3 sordos. La falta de educación no les permite entender con claridad la necesidad de tener a Cristo en su corazón. Gracias a Dios que Frank, un hermano sordo de la Iglesia Efata, está dedicando su tiempo para estar en Argentina y poder testificar de Cristo a los sordos con un método más simple y entendible.
También tuve la oportunidad de visitar algunas Iglesias en Buenos Aires, donde pude predicar y conocer a distintos pastores y hermanos. Muchos de los pastores tienen necesidad de líderes que puedan ayudarlos en el ministerio.
Este viaje y el tiempo que estoy aquí ayudando en la obra de Dios no hubiese sido posible sin el apoyo que ustedes me brindan a través de sus oraciones y ayuda financiera. No es en vano lo que ustedes hacen por misiones y solo les animo a que este año lo sigan haciendo. Les agradezco el tiempo que se tomaron para leer esta carta. Que Dios los bendiga grandemente.