1. El matrimonio es un compromiso de por vida.
“Así que no son ya más dos, sino una sola carne; por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre. Le dijeron: ¿Por qué, pues, mandó Moisés dar carta de divorcio, y repudiarla? Él les dijo: Por la dureza de vuestro corazón Moisés os permitió repudiar a vuestras mujeres; mas al principio no fue así”. –Mateo 19:6-8
2. Su matrimonio atravesará períodos difíciles, pero recuerde que es un compromiso de por vida.
“Tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia”. –Santiago 1:2, 3.
3. Sea un siervo de su cónyuge, poniendo las necesidades de él o ella antes de las propias.
“El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor”. –1 Corintios 13:4, 5
4. Aprenda a perdonar... y a olvidar.
“Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas”. –Mateo 6: 14, 15
5. Admita cuando está equivocado, y busque la reconciliación con su cónyuge.
“Por tanto, si traes tu ofrenda al altar, y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja allí tu ofrenda delante del altar, y anda, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda”. –Mateo 5:23, 24