6. Hagan planes juntos, pero no se sorprenda cuando las cosas no salgan como ustedes planearon.
“No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta”. –Romanos 12:2
7. Comuníquese a menudo, pero no traten de cambiar a su cónyuge. Más bien, traten de alentarse y fortalecerse el uno al otro. Usted no puede cambiar a su cónyuge, pero sí puede cambiarse a sí mismo.
“¿Por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo? ¿O cómo puedes decir a tu hermano: hermano, déjame sacar la paja que está en tu ojo, no mirando tú la viga que está en el ojo tuyo? Hipócrita, saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja que está en el ojo de tu hermano”. –Lucas 6:41, 42
8. No dependa de su cónyuge para satisfacer todas sus necesidades. Sólo Dios puede hacer eso.
“Maldito el varón que confía en el hombre, y pone carne por su brazo, y su corazón se aparta de Jehová”. –Jeremías 17:5
9. Un esposo debe estar dispuesto a cumplir el papel que Dios le ha dado.
“Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra, a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosas semejante, sino que fuese santa y sin mancha. Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama”. –Efesios 5:25-28
10. Una esposa debe estar dispuesta a cumplir con el papel que Dios le ha dado.
“Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor; porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador”. –Efesios 5:22-24