a. Recibes la Palabra de Dios con humildad. Esto ocurre cuando la escuchas y la aceptas con una mentalidad y una actitud receptiva.
b. Lee diariamente la Palabra de Dios. Léela toda. Léela cada día.
c. Estudia la Palabra de Dios. Esto ocurre cuando te formulas preguntas y tomas notas de tus ideas.
d. Memoriza la Palabra de Dios. Esto te ayudará a resistir la tentación, a tomar decisiones sabias, a reducir la tensión, a edificar confianza, a brindar buenos consejos y a compartir tu fe con otros.
e. Medita en la Palabra de Dios. Esto consiste en concentrar el pensamiento. Exige esfuerzo. Eliges un versículo y reflexionas en él una vez tras otra. Una de las razones por las que David fue “un varón conforme al corazón de Dios” fue porque reflexionaba en la Palabra de Dios.