A veces los cristianos ven la obediencia como la manera de evitar las consecuencias negativas de la desobediencia. Les parece que la obediencia es una carga y no la valoran como el camino a la bendición.
Pero Dios siempre quiso que nuestro andar de fe fuera una gran aventura, avivada por nuestro amor a Jesucristo. La obediencia consiste en expresar nuestro amor a Jesucristo. La obediencia consiste en expresar nuestro amor a Dios y nuestra confianza en Dios, no en evitar consecuencias desagradables.
Las decisiones pequeñas que tomamos a diario para someternos a la voluntad de Dios, podrán parecernos insignificantes en su momento, pero nos conducen a un andar con Él de por vida. Como sus hijos, deberíamos pedirle que dirija cada día nuestros pasos.
Cuando mantenemos nuestra mente enfocada en Él, empezamos a entender la importancia de nuestras decisiones y cómo Él nos está guiando a lo largo de la aventura que es seguir el sendero de Su voluntad.
Al despertarse y considerar el día que le espera, ¿cuál será su próximo paso de obediencia?