La ocupación principal de Dios es prepararnos para el mundo que vendrá. El enfoque de lo que Dios está haciendo en tu vida ocurre dentro de ti, no alrededor de ti. Y esto es así por una buena razón.
Dios es un buen inversionista. Él no desperdiciará su inversión en un cuerpo o en un mundo destinado a perecer. Sin embargo, los cristianos viramos todo esto al revés. Gastamos nuestro tiempo, energía y recursos en la persona externa y no percibimos a Dios. Considera esto. La mayor parte de nuestras oraciones tienen que ver con bienestar, salud, riqueza o vida social. Cuando experimentamos un revés o nos sentimos impacientes, decimos: "Dios, ¿en dónde estás?".
Al mismo tiempo, dejamos de orar por las cosas que nos beneficiarán por la eternidad. Si Diosrespondiera todas nuestras oraciones, nuestro carácter sufriría. En la mayoría de los casos nuestras oraciones se centran en eliminar precisamente las circunstancias que él utiliza para conformarnos a su imagen.
La pregunta que debemos hacernos no es “¿Por qué Dios no hace algo?”, sino “¿qué está haciendo Dios y cómo puedo involucrarme en eso?”. Si la preocupación primaria de Dios es nuestro carácter, eso debe darnos una buena idea acerca de dónde colocar nuestro enfoque.