La acupuntura es una técnica por la cual el practicante inserta largas agujas en lugares específicos del cuerpo. Los acupunturistas creen que este proceso estimula (cuando son agujas de oro) o seda (cuando son agujas de plata) el flujo de energía del cuerpo y lo equilibra.
El sistema de acupuntura comenzó hace siglos en
CH’I (algunas veces escrito QI) se basa en la acción recíproca de yin y yang, según ellos, las fuerzas que fluctúan continuamente produciendo los ritmos del día y la noche; el verano y el invierno; la actividad y el descanso. Yin representa las fuerzas negativas, por ejemplo la noche, el invierno, la luna, la hembra y el descanso. Yang representa las fuerzas positivas, como por ejemplo el día, el verano, el sol, el macho y la actividad.
La teoría detrás de la acupuntura insiste en que la gente es una con el universo, que da energía al universo y recibe energía del universo. Ahora bien, se cree que yin y yang circulan en el cuerpo pasando de órgano a órgano a través de «meridianos», circuitos invisibles que son distintos de los sistemas corporales normales (el circulatorio, el nervioso y el linfático). El cuerpo (según ellos) mantiene el equilibrio entre yin y yang, descargando toda energía sobrante en puntos específicos en los meridianos donde éstos pasan cerca de la piel, y trasladando tal energía a los lugares deficientes.
Los acupunturistas creen que las enfermedades suceden cuando el flujo de la energía se desvía y queda fuera de equilibrio. De manera que se introducen las agujas en uno o más puntos para estimular la energía.
Uno de los médicos que practica esto dijo que le fue posible curar, o al menos aliviar, el sufrimiento de un número impresionante de enfermedades, algo que no hubiera sido posible utilizando los métodos tradicionales de la medicina moderna.
¿Existen explicaciones científicas del por qué del éxito de este tratamiento en algunos casos? De acuerdo a los chinos, la CH’I es una fuerza espiritual y no pertenece al mundo físico, por tal motivo (dicen ellos) no hay ni hace falta buscar argumentos que expliquen científicamente la acupuntura.
Si existe tal fuerza, el verdadero Dios de la Biblia no ha dado al hombre el poder de controlarla. Es por eso que la creencia en tal poder se iguala a la idolatría (Dt 11:16; 1Co 10:14; 1Jn 5:21), o peor todavía, es en realidad involucrarse en el mundo del ocultismo.
Sin embargo, no debemos descontar la posibilidad de que la acupuntura tenga éxito, pero no por la explicación ya mencionada sino por una que se podría comprobar con la ciencia moderna pero hasta el momento los científicos no la han descubierto. Hasta el momento no existe una explicación que satisfaga científicamente. Abundan teorías de por qué funciona en ciertos casos. La más factible hasta el momento explica que la acupuntura estimula el cuerpo a producir endorfinas –sustancias químicas naturales en el cerebro y en la medula espinal que son similares a la morfina y la heroína.
Queda una pregunta importante: ¿Es posible divorciar la acupuntura de su trasfondo taoísta? Teóricamente sí. Pero la gran mayoría de los otros practicantes de acupuntura están involucrados en religiones orientales o directamente en el ocultismo.
Otro motivo por el que debemos abandonar este tratamiento después de recibir al Señor, tiene que ver con el hecho de que la acupuntura funciona mejor cuando el paciente vacía su mente de todo pensamiento. Sabemos que esto es peligroso.
Se necesita mucha sabiduría y por ello creemos que es mantenerse alejado de este tratamiento si el acupuntor cree en el CH’I, tiene una explicación taoísta de sus beneficios, o desea que el paciente vacíe la mente antes de recibir el tratamiento. La persona que se somete a un practicante de acupuntura, que pretenda manipular las energías del cuerpo, se está sometiendo a un ídolo.