1. Acuéstese temprano (Sal 127.2)
No es bueno consumir la vela por ambos extremos. Fije una hora para acostarse.
2. Levántese de inmediato y camine
La batalla se gana o se pierde en los primeros segundos. Si se detiene a pensarlo, ya habrá perdido.
3. Sea consciente de los “ladrones del tiempo”
De estos ladrones, el 90% se encuentra la noche anterior, y de estos, la televisión es la culpable número uno.
4. Acuéstese teniendo en mente las Escrituras (Jos 1.8; Sal 1.2)
Váyase a dormir con el pensamiento de “Nos vemos en la mañana, Señor”. Pídale a Dios que lo levante con sus primeros pensamientos enfocados en él.