Volverse radical

La estrategia del enemigo consiste en "normalizar" la maldad, es decir, hacernos creer que las cosas malas de hoy son "normales" para los cristianos. Pero "el temor de Jehová es aborrecer el mal" (Pr 8.13). Cuando es el mal el que nos divierte, ¿cómo lo vamos a poder aborrecer? ¿Cómo podemos ser puros cuando nos entretenemos nosotros mismos con la impureza?

Jesús, el radical (Mateo 5.27-30)
Jesús mismo nos invitó a ser radicales, que hagamos cuanto sea necesario para enfrentar las tentaciones sexuales, comparándolo con sacar una mano o un ojo. Si tomamos en serio a Jesús, necesitamos pensar de una forma mucho más radical acerca de la pureza sexual.

Hacer lo que haga falta
La batalla es demasiado intensa, y lo que está en juego es demasiado importante para pensar en la pureza de una forma superficial o gradual.

"¡Vamos, no exageres!", puede ser tu reacción. Pero Romanos 13.14 nos indica que no se debe proveer para los deseos de la carne. Es pecado ponernos deliberadamente en una situación en la que es muy probable que pequemos. Sencillamente, niégate a aceptar todo lo que está tratando de alejarte de Jesús. Recuerda: si quieres que las cosas salgan diferentes, necesitas tomar unas decisiones también diferentes.

¿Te parece drástico? Compáralo con sacarte un ojo o una mano. Volverse radical significa establecer unas normas que no toleren la racionalización, algo así como "¡no es tan grave!" o "¡eso no está en la Biblia!". Muchas cosas que algunos creyentes están haciendo es porque lo consideran "normal" o lo racionalizan, sin tomar en cuenta las repercusiones en las vidas de otros creyentes.

"Pero..."
"Pero", dirás, "no hago nada malo", "los tiempos cambian", "¡no seas fariseo!"...muchas de estas afirmaciones sólo sirven para maquillar egoísmo, EL EGOÍSMO DE QUERER HACER COSAS QUE ME AGRADAN SIN TOMAR EN CUENTA A MI HERMANO DÉBIL EN LA FE.

Estamos en una batalla, la batalla por la pureza, y las batallas son sangrientas. Haga lo que sea necesario para poder caminar en pureza.

¿Demasiado radical?
"¡Pero estás hablando de aislarnos de la cultura! Lo que estás diciendo es demasiado radical".

No. Lo que estamos diciendo no es nada. Jesús fue el que dijo "antes de caer o hacer caer a otros, mejor es que te saques un ojo o te cortes la mano". Eso es radical. Cuando Jesús nos mandó a tomar nuestra cruz y seguirle (Mateo 10.38), ¿acaso no implicaba eso unos sacrificios mayores que prescindir de ciertos lugares, vocabulario, gustos, modas, ciertas ropas o preferencias?

¿Hasta qué punto estás convencido de que hay que batallar por la pureza? ¿Hasta qué punto te sientes desesperado por triunfar sobre el pecado? ¿Cuán radical estás dispuesto a ser para tu Señor?

Randy Alcorn, El principio de la pureza.
Reunión de Jóvenes sábados a las 6 pm Urb. Alvarez Thomas D-11