1. Haz una sólida resolución (un voto)
Debes empezar siempre con una fuerte y decidida iniciativa. Si empiezas sin entusiasmo, nunca lo lograrás. Haz una declaración pública hablándoles a otros de tu decisión.
2. Nunca te permitas hacer una excepción hasta que el nuevo hábito se haya arraigado firmemente en tu vida
Nunca permitas que ocurra el “solo por esta vez”. El acto de rendirse debilita la voluntad y fortalece la falta de autodominio.
3. Aprovecha toda oportunidad e inclinación para practicar tu nuevo hábito
Siempre que consigas el más leve impulso para practicar tu nuevo hábito, hazlo y después perfecciónalo. No te hace ningún daño practicar demasiado un nuevo hábito cuando lo estás iniciando.
4. Confía en el poder de Dios
Con todo lo dicho y hecho, solo puedes tener éxito en el poder del Espíritu Santo de Dios. Ora para que Dios te fortalezca y dependas de Él, y que te ayude a desarrollar este hábito para Su gloria.