Dallas Willard dijo:
“La memorización de la Biblia es absolutamente fundamental
para la formación espiritual. Si tuviera que escoger entre todas las disciplinas
de la vida espiritual, escogería la memorización de la Biblia, porque es una
manera fundamental de llenar nuestra mente con lo que ella necesita. Nunca se
apartará de tu boca este libro de la ley. ¡Este es el lugar donde usted la
necesita! ¿Cómo entra en su boca? Memorización”.
Los efectos generadores de gozo de la memorización de las Escrituras
y el tenerla en nuestra cabeza y en nuestro corazón son incalculables. El mundo
y su abarcador secularismo que ignora a Dios lo invaden todo. Penetran nuestra mente
cada día. ¿Qué esperanza hay de tener una mente llena de Cristo si no es
teniéndola llena de su Palabra? No hay otra variante.
La Palabra produce gozo directa e indirectamente.
Directamente por mostrarnos de manera sencilla la belleza de Cristo, sus
caminos y todas las cosas buenas que ha prometido para nosotros por siempre. Indirectamente
al hacernos dejar los placeres tóxicos del mundo por medio de los placeres
superiores de Cristo, de modo que, en pureza de corazón, podamos ver la belleza
de Cristo con más claridad.
Dedicamos tanto tiempo a la memorización de la Biblia porque
creemos en el poder de la Palabra de Dios morando en nosotros para resolver
miles de problemas antes que sucedan, sanar miles de heridas después que ocurren,
eliminar miles de pecados en el momento de la tentación y endulzar miles de
días con lo que “destila del panal”.
"Cuando no deseo a Dios", John Piper, Editorial Portavoz.